La emisora América tuvo su agosto esta semana con un rating que lo ubicó segundo, por encima de El Trece. En su pantalla, Leonardo Fariña y Federico Elaskar dieron una nueva versión a lo que habían expresado ante Jorge Lanata en el primer programa de su ciclo 2013. Y por primera vez y a PERFIL, Daniel Vila, el titular de América, habla de una situación que hizo correr el rumor de un acuerdo de su emisora con el Gobierno para frivolizar el “Fariña-gate”.
—¿Que le pareció la nota que Rial le hizo a Fariña?
—Muy buena. Lo pasó por todos los temas, le dijo que le resultaba extraña la versión que daba y no se mostró muy crédulo frente a lo que decía. Hizo periodismo. Por eso también la gente reconoció, vía rating, su trabajo.
—¿De todo lo que escuchó decir, primero a Fariña y luego a Elaskar; quien cree que miente en todo esto?
—Hay que separar dos cosas. Hay una conciencia en la sociedad de que este Gobierno tiene muchas cosas para explicar; cosas que no cierran y están pendientes La sociedad cree que este Gobierno está sucio; sino no hubiesen existido las manifestaciones de estos días. Pero distinto es lo que armó (Jorge) Lanata sobre esta creencia social que tenemos, con tres personajes de la farándula: una historia de internet. Porque todas las cosas que dijo están en internet. No aportó nada nuevo salvo una persona, Elaskar, que reconoció haber tenido participación en compañías off shore y en las transferencias, y que luego se desdijo diciendo que todo era mentira y que le había avisado a Lanata que no lo publicara. Y también un testimonio de una cámara oculta que tiene valor probatorio cero, de un tipo como Fariña.
—¿Qué opina sobre lo que dijo Lanata: que América acordó con el Gobierno para farandulizar el tema?
—Es un bolazo más de Lanata. América hizo periodismo y tuvo todas las voces. Salieron todos los periodistas el viernes elegantemente a decir que se habían manejado con total libertad, y no todas las voces eran uniformes: Mónica Gutierrez no le cree nada a Fariña; Luis Ventura, sí. Majul dice una cosa, Rial otra. Hay pluralidad de voces. Y la verdad, no queremos transformar esto en una pelea de medios.
—Se armó un reality de periodistas en su canal...
—No. Cuando Jorge (Rial) avisó que tenía a Fariña nos juntamos rápido para ver a dónde íbamos a llevar el tema y quedamos en que lo iba a tratar él porque su producción lo había conseguido y que luego lo seguiríamos tratando en los demás programas. Lo mismo pasó con Elaskar: su abogado llamó a Rolando Graña, y llegó media hora antes del noticiero con Elaskar dándose vuelta.
—¿Qué pensó cuando Lanata dijo que Carlos Zannini –secretario de Legal y Técnica del Gobierno– llamó a Rial para farandulizar el tema?
—Que en todo esto Lanata es el tercer arrepentido; se tuvo que desdecir de lo que había dicho...todo este verso de Zannini, de Rial...
—¿Y Zannini no lo llamó a usted?
—Nooo (risas). Para nada. A Zannini lo he visto una vez en una reunión cerrada y otra en un acto público.
—¿Piensa que Lanata saldrá con algo nuevo?
—Dios quiera que tenga las pruebas y no siga vendiendo humo. Todos estamos esperando ver lo que sospechamos.
—¿Con respecto a la nota que le hizo Graña a Elaskar, que te pareció que se desdiga de todo?
—Creo que tenemos que tomarlo como de quién viene. Lanata buscó a tres personas menores de la farándula y con eso quiso armar la megacausa de la política argentina. Entonces, por la calidad de las personas y el tema que tratan no me extraña que se desdigan, que se hayan dado cuenta que armaron un gran quilombo y luego se asustaron.
—¿Que pasó con Mónica Gutiérrez y Graña, hablaron luego de ese programa porque parecían sentirse,al menos ella, incómoda durante la emisión del reportaje a Elaskar?
—Entre ellos hubo cero polémica. Cuando Mónica vio lo que publicó Clarín (N.de la R.: el viernes se publicó una nota titulada “Lavado: la orden de reducir todo a la pavada causó fisuras en América TV”) se enojó, se sintió ofendida y pidió hacer un descargo personal; y dijo en el noticiero que co-conduce que no hubo fisuras, que en el canal se trabajaba con total libertad y comodidad y que cada uno puede decir lo que quisiera.