En la Argentina se producen alrededor de 40.000 casos anuales de muerte súbita, lo que equivale a un episodio cada 1.000 habitantes. Más del 70% ocurre fuera del ámbito hospitalario, principalmente en hogares, lugares de trabajo, clubes y espacios públicos.
Especialistas remarcan que actuar a tiempo es clave: la muerte cerebral comienza entre los 4 y 6 minutos después de un paro cardíaco y por cada minuto de demora en iniciar las maniobras de RCP, se reduce un 10% la posibilidad de sobrevida.
La Ley 27.159 obliga a que espacios con gran concurrencia, como gimnasios, estadios, estaciones y medios de transporte, cuenten con desfibriladores externos automáticos (DEA).
Las principales causas en adultos son enfermedades coronarias y factores de riesgo no controlados como tabaquismo, hipertensión, diabetes y obesidad. En personas jóvenes, predominan las anomalías congénitas.
Por ello, los especialistas aconsejan realizar controles médicos periódicos, mantener hábitos saludables y practicar actividad física para reducir riesgos.
Es muy importante reconocer los síntomas de alarma —dolor en el pecho, falta de aire, mareos, pérdida de conciencia, palpitaciones o sudoración excesiva— y activar de inmediato la cadena de la vida es fundamental. Aprender RCP y conocer el uso del DEA son herramientas simples que pueden salvar miles de vidas cada año en Argentina.