La demanda automotriz aumentó pero la ausencia de insumos para fabricación complica la realidad de esta industria, en especial por la falta de chips, indispensables para los autos modernos.
La escasez global de chips o semiconductores está provocando que se dilaten los plazos de entrega de coches nuevos. Ahora algunos vehículos tienen una demora estimada entre cuatro y seis meses, cuando lo normal es de uno a tres. Se debe tener en cuenta que un automóvil puede necesitar hasta 14.000 chips.
En diálogo con RePerfilAr, el presidente de la Asociación de Concesionarios de Automotores, Ricardo Salomé, explicó que "hay un problema grave a nivel mundial, que es el problema de los chips" y que se produjo porque "las industrias automotrices en todo el mundo pensaron que la pandemia iba a durar mucho más de lo que duró y que la caída de la actividad iba a ser mayor que la actual".
Con respecto a los puestos de trabajo, Salomé sostiene que "el sector da trabajo a 177.000 empleados directos y para multiplicar el empleo total con los indirectos se debe multiplicar por 3" y enfatizó en que es un sector que debe ser junto con la construcción "una de las locomotoras de arranque del país".
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