Durante las horas de navidad en Ucrania volvió a sentirse lo peor de la guerra con Rusia. Es que las tropas de Vladimir Putin comenzaron un asedio indiscriminado de proyectiles en Jersón que provocó al menos ocho muertos, 58 heridos y una gran desesperación. La ciudad fue blanco en sus instalaciones energéticas.
El presidente Volodímir Zelensky teme que se reactiven los bombardeos antes de fin de año, porque cree que “el enemigo intentará hacer de este momento uno oscuro y difícil”.
“No son objetivos militares, no es una guerra según las reglas definidas. Es terror. Es matar por intimidar y sentir placer”, criticó Zelensky.
Para hacer frente a la ofensiva rusa, Kiev pidió más ayuda financiera y militar a los gobiernos occidentales. En tanto, el ejército ruso confirmó que derribó un dron militar ucraniano a 600 km de la frontera.
A todo esto, Ucrania pidió la exclusión de Rusia de las Naciones Unidas a 10 meses del comienzo de la invasión. Sin embargo, el Gobierno de Kiev no tiene posibilidades de prosperar porque Rusia es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.