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Opinión

¡El año que vivimos en peligro!

Alberto Fernández debió afrontar la combinación de dos situaciones trágicas: la herencia recibida del macriato. El peor gobierno en términos económicos desde la recuperación democrática. A esto se le sobreimprimió la pandemia. 

Un balance sobre el primer año de gobierno de Alberto, el año que vivimos en peligro realmente, porque se combinaron dos situaciones trágicas: la herencia recibida del macriato. El peor gobierno de la recuperación democrática en términos de distribución del ingreso, pobreza, aumento del desempleo, endeudamiento y aumento de la indigencia. Alberto tuvo un lastre muy importante al que se le sobreimprimió la pandemia

El gobierno hizo lo que pudo e hizo bastante. Habilitó doce módulos de módulos de emergencia para evitar que colapse el sistema sanitario. Veníamos de un gobierno que había desarticulado el Ministerio de Salud, lo había transformado en secretaría. Incluyó planes de emergencia para atender el ingreso de los argentinos, el IFE, la tarjeta Alimentar. También dio handicap a las pequeñas y medianas industrias para sostener el empleo. Hizo varias cosas para resolver, en medio de la pandemia y la herencia macrista, una situación muy crítica. 

La medida por excelencia del gobierno fue la renegociación del 99% de deuda con los acreedores privados, la deuda demencial contraída por Mauricio Macri. Todavía queda el tramo con el Fondo Monetario Internacional. Esos 50 mil millones de dólares que Macri usó para financiar su campaña y fugarlos. Recién están comenzando las negociaciones pero esperemos que el expertise del Ministro Guzmán pueda resolverlo de manera adecuada. Seguramente será así.

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Alberto Fernández y Cristina Kirchner volvieron a mostrarse juntos en un acto en la ESMA

El año que viene después de la pos-pandemia, después de la vacunación masiva que estimo en el primer semestre estará resuelta, comenzará una etapa de crecimiento económico. El Gobierno espera 5% de crecimiento, tal vez un poco más. Eso dependerá de que resuelva dos temas cruciales que a mi juicio son parte de la herencia nefasta del macrismo: Por un lado el retraso salarial. La Argentina tiene hoy un déficit de ingreso salarial vinculado al salario muy notable. Para que tengamos una idea un salario formal privado promedio de los que menos ganan es de $ 41.000 y una línea de pobreza en $ 50.000. Es evidente que aun siendo ocupado formal privado la mitad de los trabajadores no puede superar la línea de pobreza para un hogar de 4 miembros.

Estamos en una situación muy difícil. Jubilaciones aún mejoradas con la fórmula que les va a permitir evolucionar sobre el costo de vida que fue la que aplicó Cristina Kirchner en sus dos gobiernos. Hoy están bajo la línea de indigencia. Veinte mil pesos en promedio por lo tanto eso también hay que resolverlo. Hay que resolverlo porque es justicia social y es una cuestión ética fundamental, un compromiso electoral que asumió Alberto en 2019 al hacerse cargo del gobierno. 

Por otro lado, desde el punto de vista del crecimiento económico, Argentina requiere para crecer un robusto consumo doméstico vinculado al ingreso familiar que en el 80 % de los casos recibe ingresos vía salario, jubilaciones y pensiones. Si eso no se mejora va a ser muy difícil que Argentina crezca y efectivamente la meta para la pos-pandemia será incumplida. Estoy seguro que el gobierno lo va a mejorar.