En el día de ayer, el Gobierno ha tenido dos éxitos parlamentarios fundamentales, ha mostrado el volumen y la capacidad que tiene el Gobierno para resolver parlamentariamente las demandas del Ejecutivo. Por un lado, legitimó la fórmula que garantiza la renovación trimestral de las jubilaciones y pensiones, con la misma fórmula que se aplicó durante los ocho años de gestión de Cristina Kirchner mientras estuvo vigente, que es un mix entre recaudación y salarios.
Por otro lado, claramente la de mayor volumen en términos de opinión pública: la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que fue sancionada por el Senado. En términos de voto parlamentario, fue muy amplia, la verdad más amplia de lo esperado. Obtuvo casi 10 votos favorables a favor de la IVE.
En término opinión pública es una ley muy controvertida. En la zona metropolitana hay un 60-40 en favor del IVE. A medida que uno se desplaza hacia el norte grande, noroeste y nordeste, se invierten los porcentajes y se empata en la pampa húmeda y en el sur. Por lo tanto, las diferencias en términos de opinión pública son poco sustantivas. Hay apenas dos o tres puntos en favor de la IVE. Pero eso también depende mucho del método de recolección. Yo diría que en términos de opinión pública, las opiniones están muy divididas sobre la interrupción voluntaria del embarazo, que ya es ley.
El año de la pandemia ¿Y el gobierno?
Como corolario de este año, el gobierno ha mostrado debilidades y fortalezas. La fortaleza fue haber gobernado en unidad una coalición muy diversa y no haber tenido grandes fisuras, por lo menos no se lo mostró. Lo que implicó la vacunación en términos de bisagra para la política sanitaria del gobierno. Fue una gran conquista del gobierno el haber comenzado a vacunar el día martes y creo que eso les garantiza una evaluación positiva de toda la campaña sanitaria. En términos parlamentarios, lo que dije: el manejo con mucha profundidad y mucho volumen de las demandas del Ejecutivo, que han sido casi todas satisfechas, sin casi solución de continuidad.
Ahora lo hemos señalado en las columnas varias veces, debe en la cuestión socioeconómica. La energía para recomponer ingresos familiares en el gobierno no fue mucha. De hecho, tiene a jubilados y pensionados que ganan la mínima y al salario mínimo vital y móvil por debajo de la línea de indigencia por debajo de la línea del hambre. Es decir, por debajo de los 22 mil pesos para cuatro personas en la línea de indigencia.
Además los salarios, en promedio, están en una situación crítica. El salario que más se repite en el universo formal privado de 45 mil pesos y la línea en pobreza para un hogar tipo de 52 mil pesos. Lo mismo sucede con la evolución de los salarios respecto a la inflación: 31.8 por ciento en el lapso septiembre 2019 al mismo mes en 2020 y la inflación en ese mismo lapso 37 por ciento.
O sea, muy bien en la cuestión parlamentaria, muy bien en la iniciativa sanitaria, muy bien en la iniciativa con respecto a las leyes fundamentales: actualización previsional e IVE. Pero una nota desaprobada para el volumen la energía de transferencia de ingreso a las familias, que finalmente son las que van a garantizar el crecimiento económico en el año 2021. Porque todos sabemos que el crecimiento económico en Argentina, en un 75 por ciento, depende de la capacidad de consumo de las familias.
