Tal como estaba previsto esta semana el Senado se sacó de encima, mejor dicho, volvió a sus lugares de origen a tres jueces federales sobre los cuales Cristina Fernández de Kirchner había puesto su mirada. No es, como dicen muchos medios, muchos periodistas, o mal informados o interesados, que esos tres jueces habían investigado a Cristina. Por qué no fue así. Simplemente algunos de ellos iban a tener que traer a colación sus causas, porque, como en el caso de Germán Castelli, en el Tribunal Oral que tiene que definir la suerte de Cristina en el juicio por los Cuadernos, o Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi en la Cámara Federal, en la sala 1 iban a tener que revisar causas que ya habían sido instruidas por otros jueces, en general, siempre por el mismo, el fallecido Claudio Bonadío.
Ahora bien, esta decisión del Senado se motiva a partir de un pedido del Consejo de la Magistratura que había puesto en la mira primero a 38 jueces que Mauricio Macri, su gestión en el ámbito judicial, habían decidido mover de un lado al otro. Algo que también había sido puesto en práctica por la misma Cristina Fernández de Kirchner durante su presidencia.
Estos tres jueces fueron los últimos que quedaron de una lista que de 38 pasó a 10 y ahora estos tres. Ahora, ocurre que no solamente el Senado fue contra ellos y los hizo volver a sus lugares de origen, sino que ellos plantearon recursos ante el juzgado, ante el fuero contencioso administrativo, que los rechazaron, e hicieron planteos ante la Corte que no los trató. Es más, hace unos días la Cámara de Casación Penal ordenó que los jueces subrogantes que los habían reemplazado a estos tres jueces en sus lugares originales les dejaran el lugar para que pudieran volver. No es solo una cuestión de pensar que Cristina Fernández de Kirchner está como una marioneta gigante usando a todos por igual, sino que hay que seguir ciertos procedimientos. Ahora sí, con el decreto presidencial que los vuelve al lugar de origen. Es hora de que la Corte actúe, pero con los tiempos de la Corte, que ya avisó que no van a ser excepcionales ni mucho menos.