La inefable Elisa "Lilita" Carrió vuelve a dar señales de que en vez de abrir el espacio opositor, lo cierra, lo clausura, lo achica y genera cortocircuitos en un espacio que hace un gran esfuerzo por mantenerse unido. Sabiendo un poco y aprendiendo un poco la lección que dio el frente de todos el peronismo en la última lección. Cuando pese a tener miradas contrapuestas en muchos casos, se juntaron para desalojar a Macri del poder a través de los votos y lo lograron.
Juntos por el Cambio, teniendo miradas muy distintas sobre también muchos temas. También pelea por esa mirada de mantenerse unidos, pese a que Macri no piensa igual que Rodríguez Larreta, que Patricia Bullrich no piensa igual que Martín Lousteau y así sucesivamente.
El punto es que irrumpe Lilita Carrió, en este escenario, siempre como una discordia, manteniendo de un lado quiénes están con ella y quiénes no deben estar con ella. Con lo cual esa amplitud que aspira la oposición, sobre todo en un año electoral de renovación legislativa y de una renovación legislativa donde Juntos por el Cambio tiene mucho para perder, teniendo en cuenta que renueva las legislaturas ganadas en el 2017. La última vez que ganó una elección.
En ese escenario es Lilita la que con discordia, marcando a Emilio Monzó o marcando a Cristian Ritondo y a tantos más, también dentro del radicalismo lo único que genera es ruido, en donde juntos por el cambio, menos ruido quiere hacer, que es en sus propias internas.
Debería aprender tal vez Lilita Carrió de Cristina Fernández de Kirchner. Sí, sí, Lilita. Políticamente Cristina hizo algo el año pasado que usted tal vez debería aprender, y es a tragarse la vanidad, tragarse los límites que autoimpone para ampliar un espacio con el propósito de ganar la elección.
Sí, también tengo que darle la derecha, Carrió. Una cosa es ganar la elección y otra cosa es gobernar. Juntos por el Cambio No lo hizo bien. Y el Frente de Todos, por ahora, tampoco.
