La alianza pretende enviar un mensaje claro sobre la adhesión de Ucrania, un país que aumentó sus presiones y criticó abiertamente la tibieza de la organización.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, participó en un mitin público en Vilna y el miércoles estará como invitado en la cumbre. Dijo, la OTAN dará seguridad a Ucrania, Ucrania fortalecerá a la OTAN.
Las demandas de Kiev de obtener una hoja de ruta clara y definida sobre su adhesión al bloque, una vez terminada la guerra, constituyen el nudo central de la cumbre.
Los países del Este presionan para que Kiev reciba un compromiso sobre los plazos para la adhesión, pero los 'pesos pesados' de la OTAN son reacios a ir más allá de la promesa de que Ucrania será miembro algún día.
La alianza parece en cualquier caso dispuesta a ofrecerle una alternativa, eliminando un requisito fundamental: el de completar un programa de reformas para poder sumarse a la alianza.
En lugar de dos pasos para convertirse en miembro, ahora habría un solo paso. Y también dejamos claro que la invitación se cursará cuando se cumplan las condiciones, señaló Jens Stotelnberg, secretario general de la OTAN.
En ese escenario, un grupo de países de la alianza negocia compromisos de largo plazo para el suministro de armas a Ucrania.
Esto no satisface la ilusión de Zelenski de ver a su país bajo el paraguas protector de la OTAN, pero podría facilitarle el mantener la resistencia a la invasión rusa.
Moscú arremetió contra el tenor de la reunión tiene un fuerte carácter antirruso, según señaló. Fue precisamente la posibilidad de la adhesión de Ucrania a la OTAN el factor que desencadenó la inestabilidad con Rusia, ya que Moscú durante años alegó que ese paso sería considerado una amenaza existencial.