Podemos encontrarlos en cualquier esquina concurrida, en el subte o en las paradas de los colectivos. Se acercan con una credencial en el pecho que los identifica mientras muestran como escudo la tapa de una revista.
“Nosotros trabajamos con el margen, los últimos centímetros que pueden sostener a una persona en la sociedad“, dijo Américo Gadpen, director de la revista y coordinador de los talleres. “Nuestra misión no es hacer una revista sino poder incluir a estas personas”, completó.
Ellos son los vendedores y vendedoras de Hecho en Buenos Aires, una empresa social que desde hace 22 años brinda trabajo para personas en situación de calle o en riesgo de estarlo.
“Trabajamos con personas que transitan con problemas mentales o con personas que pueden estar al borde de la situación de calle, esto no es únicamente estar en la calle sino también estar en un hotel, casa tomada o alquilando con cierta inestabilidad y eso tratamos de evitar”, dice por su parte Ángeles Mezzera, licenciada en trabajo social y coordinadora general de Hecho en Buenos Aires.
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Patricia Merkin, la creadora de la revista, quiso replicar en argentina la revista londinense The big issue, una iniciativa de trabajo para que sectores excluidos puedan obtener ingresos a través de la venta de sus ejemplares.
“Mi primer día fue excelente, vine porque necesitaba trabajo y me ofrecieron bañarme, afeitarme o ropa”, dijo Juan Ángel Gutiérrez, uno de los vendedores de la revista. “La gente que compra la revista me estaba dando trabajo”, completó el hombre.
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Hecho en Buenos Aires como proyecto abrió aristas en el deporte, salud y arte. Los talleres donde asisten los vendedores y el público en general generaron obras que hoy se comercializan en redes y que se exponen en el Museo de Arte Moderno, entre otros lugares.
“Con la revista me estoy defendiendo”, dijo Fabián Tanferno, otro de los vendedores. Desde su inicio, pasaron 5.300 vendedores. Historias de reparación.
