Países de Medio Oriente, las Naciones Unidas, y los palestinos, rechazaron la idea del presidente estadounidense, Donald Trump, de tomar el control de la Franja de Gaza, y trasladar a sus habitantes.
Al recibir en Washington al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, el mandatario republicano sugirió una "propiedad a largo plazo de Estados Unidos, y aseguró que convertirá a Gaza, en la Costa Azul del Medio Oriente".
Para Francesca Albanese, relatora especial de la ONU, lo que propone Trump, "es un completo disparate". "Es ilegal, la gente habla de limpieza étnica y es incitar a cometer un desplazamiento forzado que es un crimen internacional".
Francia, Alemania, Reino Unidos, y España, también rechazaron los dichos de Trump, al considerarlos "peligrosos" para el proceso de paz.
Rusia enfatizó que "la paz en Medio Oriente solo puede lograrse sobre la base de dos estados, mientras que en sudamérica, el presidente brasileño, Lula da Silva, aseguró que "quienes tienen que cuidar de Gaza son los palestinos que necesitan tener una reparación por todo lo que les fue destruido".
Hamás que gobierna el enclave desde 2017, calificó la propuesta como "agresiva" y opinó que "no servirá a la estabilidad en la región y solo echará más leña al fuego".
El presidente de la autoridad palestina, también rechazó enérgicamente el planteo. "Para los palestinos cualquier intento de obligarlos a salir de Gaza, evoca el trauma de la Nakba, catástrofe en árabe, el desplazamiento masivo, y la expulsión de cientos de miles de palestinos de sus hogares durante la creación del estado de Israel en 1948.