Tamy, el único elefante asiático que quedaba en el Ecoparque de Mendoza, falleció a los 55 años, luego de pasar más de cuatro décadas en cautiverio.
La ONG Proyecto Ele, encargada de los traslados de elefantes argentinos al santuario, comunicó con tristeza la noticia: “Tamy dejó este mundo donde tanto sufrió”.
Su muerte ocurrió días antes de que fuera trasladado al Santuario de Elefantes de Mato Grosso, Brasil, donde ya vivían su hija Guillermina y su compañera Pocha. Su traslado ya estaba en marcha: los permisos estaban aprobados, la caja de transporte en construcción y su nuevo espacio en el santuario casi listo.
El elefante macho había sido entregado al antiguo zoológico mendocino en 1984 por un circo, tras no poder cruzarlo a Chile por falta de documentación. Desde entonces, vivió en condiciones inadecuadas, encerrado en una fosa de cemento sin el espacio necesario para caminar, algo vital para su especie.
En los próximos días se le realizará una necropsia, cuyos resultados definitivos podrían tardar semanas. Mientras tanto, quienes lo acompañaron en los últimos años intentan sostener su memoria y su historia.