"Todo se volvió muy caro en la Argentina", esa es una de las principales razones por la que las familias rusas deciden abandonar el territorio argentino, a donde habían llegado en busca de un futuro prometedor, huyendo de la guerra.
Tras el "boom" migratorio que se vivió el año pasado, con cientos de familias rusas que se instalaban en la Argentina —que tuvo su explosión entre 2022 y 2023—, en el último tiempo se registraron signos de desaceleración y transformación.
Los números así lo registran. En 2022 se pidieron 1700 permisos de residencia; en 2023, 7123 y en 2024, 4915.
No obstante, para julio de 2025 se habían solicitado 2290. Otro dato que refleja este fenómeno de emigración, es la cantidad de alumnos rusos en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires.
Según las cifras brindadas por el ministerio de Educación porteño, mientras que en 2024 había 1502 alumnos de nacionalidad rusa estudiando en establecimientos públicos y privados, este año esa cifra descendió a 1067 alumnos.