Los palestinos de Gaza continúan con la tarea de rescatar a cientos de cadáveres en el Hospital Al-Ahli devastado el martes pasado por el impacto de un misil. El lugar, albergaba a refugiados. Para Hamas, el autor del ataque, fue Israel, pero Tel Aviv lo rechazó, y culpó a la otra organización palestina.
Ambos grupos calificaron de "mentira" la denuncia israelí. El presidente estadounidense, Joe Biden, mostró su solidaridad al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y apoyó la versión de las autoridades locales que acusan a combatientes palestinos.
La comunidad internacional condenó el bombardeo, y el papa Francisco, volvió a pedir por la paz.
No obstante, el grupo libanés Hezbollá, aliado de Hamas, convocó a que el miércoles "sea un día de ira". Se produjeron manifestaciones en varios puntos.
Estados Unidos vetó un proyecto de resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el texto propuesto por Brasil condenaba lo que definió como "ataques terroristas odiosos del grupo Hamas", pero no reconocía el derecho de Israel a defenderse, como exigía Washington.
Manifestantes pidieron en el capitolio el "alto al fuego", mientras que Turquía mantiene conversaciones con el jefe del grupo Hamas, para liberar a los secuestrados en Israel, reclamo al que se sumó el presidente francés, Emmanuel Macron.
