En los últimos días, Pfizer difundió resultados de las investigaciones científicas sobre la miocarditis, uno de los efectos adversos asociados a su vacuna contra el Covid-19, conocida como Comirnaty.
Los estudios también compararon este efecto adverso con los riesgos derivados de la infección por Covid-19. Una revisión sistemática concluyó que el riesgo de miocarditis tras la infección es 42 veces mayor que el asociado a la vacunación.
Además, las investigaciones sugieren que los cuadros de miocarditis vinculados a la vacuna tienen una evolución clínica más favorable que los provocados por otras causas.
La decisión se dio en un contexto de debate en Estados Unidos, donde circuló la versión de un informe oficial que vincularía este tipo de vacunas con la muerte de 25 menores.
¿Qué es la miocarditis?
En ese contexto, la empresa farmacéutica admitió que la miocarditis —una inflamación del músculo cardíaco que puede generar dolor de pecho, fatiga, dificultad respiratoria e incluso insuficiencia cardíaca— es un riesgo reconocido tras la vacunación. Sin embargo, aclaró que se presenta en forma muy infrecuente.
“Los resultados de múltiples estudios farmacoepidemiológicos a gran escala en Estados Unidos, Francia, países nórdicos y el Reino Unido, además de un metanálisis, muestran que la miocarditis después de la vacunación contra el Covid ocurre muy raramente”, indicó Pfizer en un comunicado.
El riesgo se identificó sobre todo en varones jóvenes, dentro de los 14 días posteriores a la aplicación de la segunda dosis del esquema primario. Según datos del sistema de notificación de eventos adversos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la probabilidad de desarrollar miocarditis tras un refuerzo es menor que después de la segunda dosis.