En Argentina, hay 7381 personas que esperan un donante de órganos para seguir viviendo. Con mayor o menor premura, todos ellos aguardan recibir la noticia que puede salvarlos. Entre ellos, está Antonia Pino, una beba de un año y ocho meses que, por una rara enfermedad, requiere con urgencia un transplante de intestino.
La pequeña nació el 26 de agosto de 2011. Una semana después, debió ser internada por un severo cuadro de diarrea. Tras un mes de estudios, los médicos descubrieron que sufre una rara enfermedad que no le permite asimilar los alimentos. Desde entonces, la beba -que sobrevive conectada a un suero constante- y su familia están a la espera de un transplante de intestino que le permita continuar con su vida normal.
"Su intestino no funciona porque tiene las vellosidades atrofiadas", contó Juan Pablo Pino, su padre, y uno de los responsables de la campaña "Un donante para Anto" que desde Facebook y Twitter , e incluso con ayuda de famosos, intenta generar conciencia sobre la donación de órganos.
