Un grupo de científicos fue acusado de "jugar con fuego" después de se anunció que crearon una nueva cepa de Covid-19, extremadamente letal, en un laboratorio. La cepa fue creada por el equipo del Laboratorio Nacional de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston -uno de los 13 laboratorios de nivel 4 de bioseguridad en los Estados Unidos- combinando la variante Omicron y la cepa original de China, que durante las pruebas mató al 80 por ciento de los ratones utilizados en un estudio.
La noticia despertó temores de muchos exponentes del mundo científico, dado que todo indica que prácticas similares pudieron haber iniciado la actual pandemia en los laboratorios del Instituto de Virología de Wuhan (China), ubicado a pocos kilómetros del mercado de alimentos en torno al que se detectaron los primeros casos de coronavirus a finales de 2019.
"Esto debería estar totalmente prohibido, es jugar con fuego", reaccionó el profesor Shmuel Shapira, un destacado científico del gobierno israelí. "Si queremos evitar una próxima pandemia generada en laboratorio, es imperativo que se fortalezca la supervisión de la investigación mejorada de patógenos pandémicos potenciales", advirtió el Dr. Richard Ebright, químico de la Universidad de Rutgers en New Brunswick, Nueva Jersey.
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Según la nueva investigación, un equipo de científicos de Boston y Florida extrajo la proteína espiga de la variante Ómicron, la estructura única que se une a las células humanas y las invade, y la conectaron a la cepa de tipo salvaje original que surgió por primera vez en Wuhan al comienzo de la pandemia.
Los investigadores observaron que todos los ratones expuesto a la cepa estándar de Omicron sobrevivieron y solo experimentaron síntomas "leves", mientras que los roedores expuestos a "Omicron S" sufrieron una enfermedad grave con una tasa de mortalidad del 80 por ciento. Según publicó DailyMail.com, los investigadores dijeron que esto indicaba que, si bien la proteína espiga es responsable de la tasa de infección, los cambios en otras partes de su estructura determinan su letalidad.
Los científicos admiten que es poco probable que el virus híbrido sea tan mortal en humanos como lo fue en ratones. Explican que esto se debe a que la raza específica de ratones de laboratorio utilizada es muy susceptible a la enfermedad grave de Covid-19. Además, los ratones y los humanos también tienen respuestas inmunitarias muy diferentes al virus.
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Los Laboratorios Nacionales de Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Boston son uno de los 13 laboratorios de nivel 4 de bioseguridad en los Estados Unidos que están autorizados para manejar los patógenos más peligrosos. Los experimentos en estos laboratorios implican "jugar" con virus animales para avanzar en tratamientos y vacunas que podrían usarse en un futuro brote.
"Dada la gran probabilidad de que la pandemia de covid se haya originado por el escape de un coronavirus manipulado en el laboratorio en Wuhan, estos experimentos parecen profundamente imprudentes", dijo profesor David Livermore, profesor de microbiología en la Universidad de East Anglia (Reino Unido).
Richard Ebright dijo que "la investigación es un claro ejemplo de investigación de ganancia de función", que estuvo restringida en EEUU hasta 2017 por la preocupación de que pudiera conducir a la creación inadvertida de una pandemia y consiste en manipular virus para hacerlos más letales o infecciosos, con la esperanza de adelantarse a un futuro brote.
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Si bien se cree oficialmente que Covid se transmitió de un animal a un humano, probablemente de un murciélago, en el mercado húmedo de Wuhan, algunos especulan lo contrario. Y la teoría de que el Covid-19 se expandió por una "fuga de laboratorio" alega que el coronavirus se creó a través de la investigación de ganancia de función que se llevó a cabo en el Instituto de Wuhan.
"Si queremos evitar una próxima pandemia generada en laboratorio, es imperativo que se fortalezca la supervisión de la investigación de de patógenos pandémicos potenciales (ePPP)", dijo Ebright. "Es imperativo que se sigan las políticas existentes que exigen una evaluación previa de riesgo-beneficio de la investigación ePPP, y es imperativo que los funcionarios de las agencias gubernamentales de los EEUU que repetidamente han puesto al público en riesgo al violar repetidamente las políticas existentes rindan cuentas".
ds