SALUD
Se pusieron en marcha medidas de control

Dos casos de tuberculosis disparan las alarmas

Si bien los chicos fueron internados, se encuentran fuera de peligro. Las cifras que aquejan a la Argentina y las falencias del sistema de salud.

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La tuberculosis es una endemia que, en la Argentina, provoca aproximadamente novecientas muertes por año. Y si bien la enfermedad está muy lejos de erradicarse, tampoco hay indicios de que se llegue, al corto plazo, a disminuir las estadísticas que marcan los casos fatales.

Esta mañana aparecieron dos nuevos casos de tuberculosis en la Ciudad de Buenos Aires. Dos alumnos de una escuela técnica se encontraban internados, aunque fuera de peligro. El Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad, a través de su Departamento de Epidemiología, indicó que "como resultado del estudio de foco, se les está haciendo quimioprofilaxis a tres adolescentes más".

"Médicos del Hospital Ramos Mejía hicieron el estudio de foco correspondiente, que consiste en identificar a los contactos directos del paciente, y establecer las medidas de control y prevención pertinentes", agregó la cartera.

Números. Según datos del Ministerio de Salud unos 11 mil casos de tuberculosis se producen en Argentina por año. Más del 50 por ciento de los casos en el país se encuentran en la Ciudad de Buenos Aires y en el Conurbano bonaerense. En la Ciudad de Buenos Aires, la tuberculosis afecta a 42,9 personas por cada 100 mil habitantes.

¿Por qué se concentran tantos casos en el conurbano bonaerense?. Según el Doctor Vicente Donato, Director Médico de la Liga Argentina Contra la Tuberculosis, la respuesta hay que buscarla en la forma en las que se vive en muchas áreas de esa zona, como el hacinamiento y la precariedad de las condiciones de vida. Además son espacios en donde se asientan muchos inmigrantes, susceptibles a traer la enfermedad desde sus países de origen.

Pese a esto, el virus puede afectar a cualquiera. “La tuberculosis es una enfermedad social, se puede contagiar cualquiera en los lugares como colegios y clubes, pero hay gente mas propensa por el contexto”, agrega Donato.

Cómo empezar disminuir los casos. “La mejor forma de prevenir es curar. Hay que interrumpir la cadena de infecciones”, sostiene Donato, y explica que el problema radica en las personas que interrumpen el tratamiento sin estar curadas y en la falta de supervisación en el procedimiento que siguen los pacientes. Es necesario, entonces, que “una persona idónea compruebe que el enfermo tome la medicación. Cuando se abandona, el virus se hace resistente y después sigue contagiando”, agrega el titular de la Liga Argentina de Tuberculosis.

Por eso, según expone el especialista, las campañas de lucha contra la tuberculosis que lanza el Gobierno “son relativas”. La propuesta del doctor se centra en poner toda la atención en la supervisación de los casos. “Lo que hay que hacer es realizar una política mas fuerte a nivel nacional en cuento al seguimiento. Lo que falta es una coordinación general del tratamiento supervisado que cubra un nivel mas alto. Hay que hacer un esfuerzo que no es muy grande, es un tema de organización”, concluye Donato.

Una ONG en problemas. La Liga Argentina contra la Tuberculosis es una entidad privada sin fines de lucro que se formó el 11 de mayo de 1901. La Asociación funciona como centro de estudios de tisioneumonología, enfermedades del medio ambiente y ocupacionales, además de ofrecer asistencia médica al tuberculoso indigente y su familia.

Luego de 107 años de funcionamiento, la Liga está atravesando un mal momento económico. “Estamos en una situación muy seria, al borde de la quiebra”, explica Donato. Si bien las autoridades han planteado su problema tanto a funcionarios nacionales como a los de la ciudad, no han obtenido aún una respuesta concreta.

(*) redactora de Perfil.com