Considerado una joya arquitectónica del pasado, la realidad que envuelve por estos días el Pabellón del Centenario dista mucho de los tiempos que vivió en 1910, cuando se celebró el primer centenario de la Revolución de Mayo. Un presente en el que la desidia y el abandono, tras 109 años de su inauguración, se erigen como su carta de presentación. Vidrios rotos, escaleras y pisos de madera inexistentes que dejan ver los esqueletos de hierro forjado que los sostenían, paredes sin revoque, grietas en las columnas desde donde salen plantas, barandas oxidadas y su cúpula deteriorada son las vistas que devuelve una serie de fotos del interior del edificio histórico, a las que tuvo acceso PERFIL.
Se trata de las imágenes realizadas por un explorador urbano, Lukas (pidió mantener sus datos en reserva), quien ingresó al pabellón y registró con su cámara el estado en el que se encuentra por estos días el inmueble. Además de la mampostería derruida casi por completo, también falta el complejo escultórico que coronaba la parte superior del edificio y que estaba conformada por cuatro esculturas que sostenían un globo terráqueo.
El Pabellón Centenario es el único edificio que continúa en pie de los treinta y cinco que se erigieron en la Ciudad para los festejos de 1910. La construcción fue galardonada con la medalla de oro de la Exposición Ferroviaria y de Transportes Terrestres de ese año, y en 2010 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Fue construido por el arquitecto Pedro Vicent y funcionó hasta enero de 1911. Se encuentra ubicado en un predio de 4,4 hectáreas en el que también se encuentra el hipermercado Jumbo-Easy, y el Regimiento 1 de Infantería de Patricios.
Pabellón del Centenario: quieren hacer un paseo público con viviendas y hay polémica
En noviembre de 2018, la Legislatura porteña aprobó la restauración y puesta en valor del edificio y su entorno con el objetivo de que se transforme en un paseo público y que pueda ser visitado por los vecinos. En paralelo, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) y la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) firmaron un acuerdo para convocar a un “Concurso nacional de ideas”, denominado “Pabellón del Centenario y su entorno”, cuyo resultado se conocerá en las próximas semanas, según pudo averiguar este diario.
Cuando en 1994 Cencosud concesionó el predio sobre Bullrich y Cerviño, en el contrato se preveía el cargo de reciclar el Pabellón del Centenario y mantener las fachadas exteriores, ornamentos y dispositivos conexos. Al pasar lo años y nunca ejecutarse las obras, el Estado nacional inició una demanda contra la empresa trasandina para exigirle esas obligaciones. Tras la firma de la prórroga del contrato de concesión firmado a principios de año “las partes acordaron someterse a lo que resuelva la Justicia no significando el reconocimiento o renuncia de derechos de ningún tipo”, aseguraron fuentes estatales y de la compañía trasandina consultadas.
Exploraciones. “Hace cuatro años que hago exploraciones urbanas. Este edificio es increíble para fotografiar. El objetivo es entrar a un lugar abandonado y mostrar cómo está actualmente. Cuando decidí hacer fotos del interior del pabellón, me informé qué había funcionado, tal como es la costumbre”, aseguró el joven explorador urbano. “Si bien lo conocía desde afuera, recién cuando ingresé pude tomar dimensión de lo que habrá sido este edificio. Cambia toda la perspectiva que uno pudo tener al respecto. Desde su altura hasta el tamaño de la cúpula”, agregó.
Lukas, de 23 años y estudiante de Ingeniería, considera un hobby salir a retratar lugares abandonados y luego subirlos a sus redes sociales. “Entrar a un lugar sin permiso suma adrenalina a la movida, pero en general siempre tratamos de pedirlo. Más que nada para evitar problemas”, aseguró. Por último, Lukas señaló: “Descubrí la exploración urbana –Urbex, tal como se conoce a la actividad en el mundo (ver aparte)– a través de una página de internet en la que mostraban edificios abandonados en Europa. Investigué qué se podía hacer en la Argentina y encontré a un grupo de fotógrafos que retrataban pueblos abandonados y los empecé a seguir”.
Un fenómeno mundial
El Urbex, por su sigla del ingles Urban Exploration, se generó en Europa como una actividad que tiene por finalidad recorrer y fotografiar lugares o zonas de una ciudad abandonados. “Entre quienes practicamos Urbex tenemos reglas. La primera es entrar y salir del lugar sin ser visto. La segunda es no romper ni modificar nada del lugar. Mucho menos graffitear o romper algo. Somos muy respetuosos del lugar al que tratamos de retratar. Si está cerrado o tiene candado, nosotros no entramos. Las cosas que están en el lugar pertenecen al lugar. El próximo explorador tiene que encontrar el lugar como lo encontramos nosotros. Y la última regla es no revelar la ubicación del lugar públicamente. Nosotros tenemos una premisa que es ‘no tomar más que fotografías, no dejar más que huellas”. Más de las exploraciones urbanas, también existen grupos de aficionados a la fotografía que salen a retratar pueblos antiguos o directamente abandonados. “Participé de algunas salidas grupales, pero se complica porque cuando son muchos los exploradores llama más la atención y muchas veces interviene la seguridad del lugar o directamente la Policía.”