SOCIEDAD
Psicólogos y psicoanalistas

Alertan sobre una "infección psíquica" si se da un paso atrás con la cuarentena

Ante la hipótesis de hacer más riguroso el aislamiento, especialistas en salud mental señalan que la carga emocional que conlleva podría traer síntomas como la depresión.

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Angustia. Niños y familias viven situaciones complejas vinculadas al encierro permanente. | nestor grassi

El lunes a la noche, la imagen de los parques y plazas porteños sorprendió: cientos de personas –algunos, runners que esperaban volver a entrenar; otros (muchos) que solo buscaron aprovechar la autorización para salir a dar una vuelta– juntas, en muchos casos sin guardar la distancia social adecuada, con poco o nulo uso del tapabocas y otras irregularidades. 

Y se encendieron las alarmas: el presidente Alberto Fernández habló, el ministro de Salud de la Nación habló, su par de la Ciudad también. “Prudencia”, “Cuidado”, “No nos hagan decidir volver para atrás”, fueron los mensajes subyacentes tras palabras más o menos duras. 

Lo preocupante, en todo caso, no es solo pensar que, en medio de una escalada de casos diarios concentrada especialmente en el AMBA y con los días cada vez más fríos el contagio puede agravarse, sino también los efectos que puede producir, para algunos expertos en salud mental, una posible medida que vuelva atrás con las flexibilizaciones que, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, se otorgaron para, según las palabras del propio Horacio Rodríguez Larreta, “oxigenar” un poco tras –ahora– casi noventa días de aislamiento obligatorio. 

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Depresión. Para Jorge Catelli, psicoanalista miembro de APA y profesor de la UBA, “volver a una cuarentena más cerrada generaría una enorme frustración, aunque hay una premisa importante, que es cómo pasar del cuidarse del otro –o pensar solo en uno– a cuidarse con los otros, ya sea en las paulatinas posibilidades de acercamiento social que se vayan dando para acceder al contacto con los demás. Ya sabemos que el encierro prolongado es síntoma de depresión”, explica. 

“Los pensamientos apocalípticos –que se nutren del pesimismo y de la vivencia de derrumbe– suelen lograr un efecto de ‘infección psíquica’ entre las personas. Son formas de aprehender la realidad tomando en consideración una sola perspectiva –la negativa– de esta, y que pueden causar profundas depresiones en quienes están cerca”, aporta María Fernanda Rivas, psicoanalista e integrante del Departamento de Pareja y Familia de APA. 

Para la profesional, evaluar la conducta en apariencia descuidada de los otros cuando uno está haciendo un esfuerzo por cumplir con la premisa del cuidado comunitario puede tener una consecuencia aún mayor: “El poder del grupo –con su inclinación a la sugestión– frente al cual los límites del individuo tienden a desdibujarse se observa con mayor claridad en situaciones de vulnerabilidad”, dice. “Cargando con iras y resentimientos que muchas veces son ‘contagiados’ se pierde el sí mismo individual. Eso permite construir perspectivas polarizadas de las situaciones y las personas, que pueden producir encierros psicológicos –buenos y malos, rebeldía o sometimiento, quedarse adentro o salir a correr en masa, cuidarse o destruirse–, lo que genera la pérdida de matices que aseguren un enfoque más objetivo y global de la realidad”, explica. 

Cien días. Para el psicoterapeuta cognitivo Pablo López, director académico de la Fundación Ineco, si el AMBA volviera a una fase anterior, hay que tener en cuenta la variable emocional: “Lo que sabemos en estudios de pandemias anteriores y la actual que la duración de la cuarentena se ha asociado en lo general a un efecto emocional negativo: cuanto más larga es, pareciera haber un mayor efecto negativo a nivel emocional. Aparecen síntomas como irritabilidad, ánimo decaído, ansiedad”, dice. 

“Cuanto más larga es la cuarentena, más aparecen las sensaciones de frustración y aburrimiento, porque no terminamos de encontrar alternativas gratificantes suficientes. Si no se respetan ciertas medidas, es inevitable que los controles se endurezcan. En pos de hacer una cuarentena lo más corta posible, hay pocas cosas más importantes que fomentar la conducta altruista”, indica.