El 15 de abril surgió el nombre de Darío Gastón Badaracco, un puntero político con antecedentes por robo, en la causa que investigaba la desaparición de Araceli Fulles. Dos días más tarde, la policía allanó su domicilio con perros, pero no advirtieron el cuerpo enterrado debajo de una carpeta improvisada, de cal y basura. Este jueves regresaron con canes y lograron hallarla. Badaracco pudo escapar antes. Anoche fue capturado en la esquina porteña de Cobo y Curapaligüe, en el barrio de Flores, muy cerca de la villa 1-11-14, y trasladado de inmediato a la comisaría 38.
Badaracco residía en la casa de su madre, en José León Suárez. La mujer no estuvo en la vivienda en los últimos 15 días. Creen que el homicida aprovechó la ausencia para enterrar el cuerpo.
El principal sospechoso tiene tres causas penales: una de 2012, por tentativa de robo agravado; otra de 2013 por encubrimiento, y la última, de 2014, por robo. Todas en el partido de San Martín.
El mismo había reconocido frente a la fiscal Graciela López Pereyra haber tenido relaciones con Araceli el día de su desaparición, el 2 de abril pasado. La funcionaria ordenó peritar su vehículo. Allí se encontraron restos de sangre y cabellos de Araceli. Presumen que el encuentro -en el que habrían participado más hombres- no fue consentido y que, ante la resistencia de la joven, Badaracco la asesinó.
Fuentes de la investigación indicaron que Badaracco, quien llevó a su mujer y a sus dos hijas al lugar donde había enterrado a Araceli Fulles el miércoles, escapó gracias al aviso de compañeros del corralón Pypmix, donde trabajaba. Se trata de Hugo Martín Cabañas y Marcelo Ezequiel Escobedo. Ambos fueron detenidos el jueves por encubrimiento. Por el homicidio, fue apresado Carlos Damián Alberto Cassalz, el dueño del corralón y de un Renault Mégane donde también se encontraron manchas de sangre.
El empresario también tiene antecedentes: en 2001, por portación ilegal de arma de guerra. La causa estuvo a cargo de Graciela López Pereyra. Al año siguiente, fue investigado en Campana por secuestro extorsivo, por tenencia de arma de guerra en San Martín y un secuestro extorsivo en San Isidro. Fue Badaracco quien dio el nombre de su jefe, el de los hermanos Jonathan Rubén y Emanuel Avalos y el de Marcos Antonio Ibarra a la fiscal. Los cuatro están detenidos por el homicidio.
