Copas perfectamente alineadas, cocteleras relucientes, botellas de colores y hojas de menta para decorar. En la barra del bar Bebop, para la gran final nacional del Bacardi Legacy –uno de los concursos de coctelería más prestigiosos del mundo–, los elementos fueron usados por los diez mejores bartenders del país. El ganador, Ezequiel Rodríguez, representará al país el 3 de mayo en la gran final en Sydney, Australia.
Seleccionados de entre 500 participantes y tras tres meses de trabajo, los diez elegidos crearon cócteles a los que debían armarles una historia y difundir en distintos bares para que el público los eligiera. Para ello, programaron desde noches temáticas hasta videos y campañas en redes sociales. Todo formó parte de la evaluación.
“Mi familia y mis amigos me ayudaron mucho con la difusión, subían fotos, frases y la historia de mi cóctel”, cuenta el cordobés Gustavo Brizuela, que se lució con su Artemisa, que se prepara con rodajas de pepino, jugo de lima, menta, bitter, ron y jengibre.
Entre las exigencias del concurso, los tragos debían tener como ingrediente principal el ron, y complementarse con añadidos fáciles de conseguir en cualquier barra del mundo. Así, el desafío fue más intenso, porque se buscó originalidad con pocos ingredientes.
El ganador del concurso, Ezequiel Rodríguez (30), preparó un trago bautizado Perfum Daiquiri, que combinó Bacardi Superior con jugo de limón, miel, angostura y Saint Germain. “Estos concursos dan adrenalina. Creo que Argentina mejoró notablemente en coctelería y, si nos uniéramos, los bartenders podríamos fomentar más la cultura del cóctel: pese al desconocimiento de sabores, la gente se anima a probar más que antes”, sostiene.
Ellas también mezclan. Los colegas varones celebran el incremento de mujeres que se animan a sacudir la coctelera. “La mujer pide más equilibrio en las preparaciones y las que están detrás de la barra tienen otra forma de presentar los tragos, se fijan en los detalles de otra forma”, afirma Rodríguez.
Hoy, son varios los bares en los que ellas están detrás de las barras. Tal es el caso de la santafesina Cecilia Hakim (29), quien luego de formarse en el rubro, fue una de las concursantes en la final. “Me estoy especializando en vinos para tener un plus, pero me encanta crear cócteles y recomendar tragos. Pero no me ofendo si me piden una cerveza o un fernet porque son los clásicos cordobeses, y los que me garantizan mi sueldo”, dice entre risas.
Vanesa Picca fue la bartender más joven de la competencia. Con 22 años, dejó la universidad y se lanzó a mezclar bebidas y chocar hielos. “Desde chica, sabía que quería ser bartender. La mujer agrega la intuición”, dice. “Hay que animarse a nuevos sabores sin prejuicios”, finaliza.