Washington.- Los avances de la informática ahora permiten desbaratar fraudes financieros que hasta hace unos años pasaban inadvertidos, como acaba de descubrir Erik Franklin, un agente de bolsa de Wall Street.
Franklin parecía dotado de un talento excepcional para elegir las mejores acciones y obtener cómodos beneficios. Pero el 1 de marzo, la justicia de Estados Unidos le inició un proceso por utilizar información privilegiada.
El argumento de la Justicia era que se había enriquecido durante años gracias a datos confidenciales sobre acciones de bolsa suministrados por un amigo que trabajaba en la firma financiera UBS Securities.
Un directivo de esta firma, Mitchel Guttenberg, otros siete profesionales de las finanzas y dos abogados también fueron procesados, acusados de haber embolsado más de 15 millones de dólares al montar uno de los fraudes más elaborados que se vieran en Wall Street desde el caso Ivan Boesky.
Este había terminado en prisión en los años '80 por delitos de información privilegiada, un caso que inspiró la célebre película "Wall Street".
Las autoridades bursátiles norteamericanas afirman sin embargo que los avances de la informática durante estos diez últimos años les permiten detectar con más facilidad las operaciones sospechosas. "Existen programas informáticos sofisticados que nos permiten investigar, comparar y analizar las cifras del mercado", señala Robert Kaplan, director adjunto de la Comisión de Operaciones en Bolsa de Estados Unidos (SEC), quien supervisó la investigación sobre Franklin y Guttenberg.
"Esos dos últimos años se ha visto un aumento significativo del número y de la complejidad de casos de información privilegiada", señaló Robert Marchman, responsable de vigilancia en la Bolsa de Nueva York (NYSE), durante una audiencia legislativa.
Pero ante este aumento la NYSE se ha equipado "de computadoras y de programas sofisticados" para vigilar los mercados y contrarrestar este aumento, añadió, citando un progamra informático que supervisa los sitios de chat bursátiles en internet para detectar conversaciones sospechosas.
Los medios utilizados para rastrear el fraude que practicaban Franklin y Guttenberg sin embargo no fueron revelados. Según los magistrados que han instruido el caso, la red disponía de teléfonos celulares que utilizaban solo una vez. Usaban también códigos secretos para designar la acciones que se debían comprar o vender una vez que Guttenberg obtenía en UBS Securities informacines confidenciales todavía no comunicadas al gran público.
La ola de fusiones y adquisisiones que afecta a la bolsa de Estados Unidos desde hace varios años favorece las malversaciones. La SEC anunció así a comienzos de marzo la apertura de una investigación sobre transacciones sospechosas en el marco de la compra en febrero del grupo de energía TXU por un consorcio de fondos privados por 45.000 millones de dólares.
Miles de fondos privados operan en Estados Unidos sin estar sometidos las mismas reglas de transparencia que los bancos de negocios y las casas de corretaje de Wall Street. Robert Kaplan es discreto sobre la amplitud del fraude en Estados Unidos pero las autoridades financieras británicas acaban de publicar un informe según el cual cerca de un cuarto de las fusiones y adquisiciones que tuvieron lugar en el mercado de Londres en 2005 habrían sido precedidas de operaciones ilegales de información privilegiada.