SOCIEDAD
Una mirada desde adentro

Cómo es y para qué sirve una sesión de quiropraxia

Breves pero rendidoras, las sesiones a las que concurre Martín Lousteau contemplan ajustes y consejos útiles para vivir mejor.

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Una vez pagada la sesión (cada una cuesta inicialmente unos 60 pesos y no excede por lo general los 10 minutos), el paciente de Casa de Vida recibe en sus primeras visitas un texto para ir comprendiendo los alcances y beneficios de la quiropraxia. Luego de leerlo, puede ya acceder a la sala en que será atendido.

Allí, el chiropractor primero le realizará un  meticuloso chequeo de su columna manualmente y con aparatos especiales que miden la temperatura, para luego practicarle sobre una cama especial los llamados ajustes.

Así se denomina a las breves presiones y manipulaciones que, con sus manos como único elemento, los doctores en quiropraxia realizan sobre puntos bien específicos del cuello y la espalda, con el objetivo de eliminar las denominadas subluxaciones vertebrales de sus pacientes.

Ocurre que, de acuerdo con los postulados de Chiropractic (nombre original de esta ciencia/filosofía), el cuerpo humano tiene una inteligencia innata capaz de resolver y superar cualquier dolencia o afección, por lo que es imprescindible liberar de obstáculos a ese proceso de curación natural para que un individuo pueda alcanzar su máximo potencial de salud.  

Una de las interferencias que más comúnmente impiden o dificultan esa auto-sanación es el mal posicionamiento de las vértebras que protegen la médula espinal, por donde la información necesaria para corregir determinadas anomalías desciende desde el cerebro y parte hacia todos los órganos del cuerpo mediante el sistema nervioso.

A esa interferencia nerviosa provocada por una mala disposición de los huesos de la columna se le llama subluxación vertebral, y eso es lo que los chiropractors tratan de eliminar o al menos de corregir mediante los ajustes que realizan con sus manos.

Por eso, en sus conferencias los doctores en Chiropractic aclaran que no son “sanadores” ni curan “a nadie”, sino que su función es, simplemente, “ayudar a que el orden natural del cuerpo humano se restablezca mediante la detección y eliminación de interferencias que le impiden manifestarse correctamente”, con el objetivo de que “el paciente se cure a sí mismo”.

Eso hace que uno de los pilares de la quiropraxia sea también brindar información que permita advertir y corregir otros factores que interfieren con esa capacidad de curación que el propio cuerpo encierra. Por ejemplo, el tabaquismo, la falta de ejercicio, el estrés, la contaminación ambiental y los químicos presentes en la gran mayoría de los alimentos procesados.

De allí que los chiropractors promuevan vivir en armonía con las leyes de la naturaleza no sólo mediante los mencionados ajustes, sino también a través de una alimentación sana, ejercicios y hábitos que no contradigan ese orden natural del que habla esta filosofía. ¿Se lo tomará en serio realmente Martín Loustau?

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(*): Redactor de Perfil.com.