Diputados aprobaron este miércoles el proyecto de donación de alimentos, permitiendo a las empresas deshacerse de productos próximos a vencer y entregarlos a a sectores vulnerables de la población, cosa que ocurre en varios países de Europa que luchan contra el desperdicio. Con 145 votos afirmativos, 48 negativos y dos abstenciones, Diputados devolvió con cambios el proyecto al Senado, donde había logrado media sanción el 30 de noviembre pasado.
La iniciativa que creó el "Plan Nacional de Pérdidas y Desperdicio de Alimentos" obtuvo el apoyo de Cambiemos, del Frente Renovador, de Argentina Federal y del Movimiento Evita, mientras que una mayoría en el Frente para la Victoria y el Frente de Izquierda la rechazaron al advertir sobre los riesgos en la salud que dichos alimentos podrían provocar en los consumidores. La diputada Elisa Carrió, autora de uno de los proyectos que se unificaron en el dictamen de mayoría, argumentó que "se pierden 16 millones de toneladas de alimentos" en un país que mantiene un índice de pobreza del "27%". "Estamos hablando de alimentos no vencidos que se entregan con control bromatológico por parte de las municipalidades", detalló.
El principal cambio que establece esta nueva redacción es que estipula que a la empresa o institución donante sólo le cabe responsabilidad civil y penal por los posibles daños causados por la mercadería cuando se pruebe culpa o dolo hasta el momento de la donación, y no posteriormente. "El problema era que los donantes eran responsables también de la fecha posterior. Es decir, si la empresa entregaba la mercadería dos meses antes (de su vencimiento) y se repartía cinco meses después o en la casa se usaba cinco meses después, tenía responsabilidad", explicó Carrió.
La líder de la Coalición Cívica afirmó que "la lucha contra el hambre es un escándalo moral en la Argentina" y que en ese contexto no se puede permitir tener "población con hambre cuando sobran alimentos y cuando se desperdician en estado de uso". El año pasado, el Ministerio de Agroindustria, la FAO y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) confirmó que anualmente en Argentina supermercados, restaurantes, cadenas de comida rápida e incluso los hogares tiran a la basura 16 millones de toneladas de alimentos en buen estado.
De acuerdo con datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el desperdicio anual de alimentos a nivel mundial asciende a 750 mil millones de dólares. Un documento de la FAO, además, confirma que en todo el planeta cada año se pierden 1.300 millones de toneladas de alimentos que todavía están en condiciones de alimentar a millones de personas de bajos recursos.
En clara oposición a la iniciativa, el diputado del Frente para la Victoria Adrián Grana aseveró que el proyecto apunta a darle un "manto de cobertura" a empresas que quieran "deshacerse de alimentos dándoselos a los pobres" ."Como política para mitigar el hambre en la Argentina nos parece una real porquería producto del cinismo que esta llevando adelante el Gobierno en cada una de sus políticas. Da vergüenza ajena que a nuestros pobres se los quiera consolar con propinas, con changas y con comida que se está pudriendo", exclamó el legislador kirchnerista, en alusión a los dichos de esta semana de la diputada Carrió.