Durante varios años la cantante y actriz Jennifer López fue la reina indiscutida. Pero bastó un maremoto de selfies a cargo de Kim, la líder del curvilíneo clan Kardashian, para que ella y las colas XXL volvieran a instalarse como el ideal de belleza a conseguir. Y con ellas crecieron en todo el mundo –y también en nuestro país– las cirugías y tratamientos estéticos para lograr este objetivo, algo que no sólo se da en las mujeres sino también en los hombres (ver aparte).
Las cifras impactan. En Estados Unidos, la American Society of Plastic Surgeons acusa un crecimiento del 252% en la demanda en retoques, elevaciones, ampliaciones y reconstrucciones de glúteos del año 2000 hasta aquí. En España, la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética asegura que hubo un crecimiento del 254% en diez años y un 30% de consultas españolas a lo largo del 2015. Si bien la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Sacper) no lleva una estadística de cuántas operaciones de este tipo realizan los especialistas locales aseguran que en los últimos 24 meses las colas “son los nuevos pechos” y cada vez más personas atraviesan el quirófano o se realizan tratamientos varios para aumentar, levantar, redondear o tensar sus nalgas.
Locos por las belfies. Ricardo Ghigliazza, presidente de Bioestethics, considera que además de la tendencia mundial a los argentinos siempre nos gustó “la silueta de la brasileñas, con muchas curvas y buena cola” y hacia eso se apunta ahora.
Pero que el trasero esté hoy en el centro de la escena es consecuencia de un fenómeno que ya tiene su propio nombre en las redes sociales: las belfies, una palabra que surge de la unión entre el término en inglés para trasero “butt” y el autorretrato, “selfie”.
Kim Kardashian, pionera del género, cosechó 1.4 millones de likes con su belfie más resonante. La música también hace honor a los traseros grandes con artistas como Nicki Minaj, Ariana Grande y la proverbial JLo, protagonista del hit Booty. En Argentina hay promotoras locales de este tipo de figura, con muchos seguidores en las redes: la reina del zumba Jesica Cirio, Karina Jelinek y Belén Francese, quien posó imitando una foto de Jennifer Lopez con un cavado traje de baño que logró 1.3 millones de likes y 40 mil comentarios. La argentina no llegó a tanto, pero su imagen se replicó en todos los portales.
“Parte de la obsesión nace de las redes sociales. Más allá de la imitación, es entender que en la era del micro-blogging, la fama puede llegar a tu vida por tener la cola grande. Operarse es acercarse a ese ideal“, opina la socióloga Julieta Caride.
Resultados. “Hace cinco o diez años, de cada cien aumentos de senos, había uno de glúteos. Hoy, ya son diez: el aumento es importante”, explica Eugenio Lombardozzi, gerente de la principal firma que distribuye los implantes para cirugías.
Sergio Korzin, titular de Sacper, explica que no realiza implantes de glúteos, por sus resultados “antinaturales”. “La cirugía no es para cualquiera: hay un estilo más ‘vedette’ que quiere resultados exagerados. Por otro lado, hay quien quiere resultados sobrios y naturales, donde la cirugía apenas se nota: los pacientes se parecen a sus médicos”, agrega Korzin.
Los expertos aseguran que se pueden conseguir buenos resultados con tratamientos alternativos, sin entrar al quirófano. Uno de ellos son los hilos tensores. En una sola sesión, se arma una malla interna que entrecruza tensores naturales para crear mayor sostén.
Otra opción son los autoinjertos de grasa. “Puede realizarse una lipoaspiración de la grasa sobrante en la cintura. Dan un resultado más natural y sobrio en el que se define el glúteo al marcar, a su vez, el contorno corporal”, comenta Korzin.
Hay quienes son fanáticos de los electrodos y se someten a un tratamiento de electroestimulación, fotoporación y electroporación para lograr más volumen. “Se logra aumentar la masa muscular de forma constante y natural para lograr en un tiempo limitado lo que el ejercicio podría lograr en un año”, comenta pr su parte Ghigliazza.