En el primero de los testimonios que el Tribunal espera escuchar por parte de los 15 imputados en el juicio oral por la tragedia de Cromañón, la ex funcionaria Ana María Fernández descargó hoy artillería pesada sobre sus ex superiores en el gobierno porteño y en especial hacia Fabiana Fiszbin, titular del área de Control y Gestión durante la gestión de Aníbal Ibarra.
"Soy inocente de todos y cada uno de los delitos que se me imputan", dijo Fernández al cabo de las casi tres horas en que prestó declaración indagatoria ante la Justicia, en las que describió cómo funcionarios porteños producían "informes falaces" y acusó a sus ex jefes de atacar "las bases de esta investigación, mediante engaños a la Justicia".
Fernández, ex secretaria adjunta y número dos de Fiszbin, está acusada de "incumplimiento de los deberes de funcionario público", es decir de haber omitido deliberadamente desarrollar acciones a las que estaba obligada por su cargo y que pudieron haber evitado la tragedia de Cromañón.
Para justificar que había sido desplazada del círculo de decisiones vinculado con las inspecciones de locales nocturnos, Fernández contó que su escritorio había sido ubicado "en un pasillo, junto a la puerta de salida", y agregó: "Un gesto vale más que mil palabras".
Tras remarcar que "Fiszbin sabía que la UPI (la unidad polivalente de inspecciones, en la que Fernández trabajaba) no contaba con los recursos suficientes", la declarante describió de qué manera ese área acumuló funciones y redujo sus posibilidades operativas para controlar los locales nocturnos, con una dotación de personal que pasó de 500 agentes a 25.
Así y todo, Fernández reivindicó su tarea en la UPI y recordó que envió intimaciones a 160 locales bailables para que presentaran sus certificados de habilitación de bomberos, pero que lo hicieron sólo 53 entre los que figuraba Cromañón. Además, explicó que ante la escasa cantidad de inspectores debía "fijar prioridades" y se preguntó entonces si "se debía comenzar por los que habían contestado o por los que ni siquiera respondieron las intimaciones" para presentar la documentación sobre su habilitación.
Aparte de hacerlo sobre Fiszbin, Fernández descargó responsabilidades sobre el ex secretario de Seguridad porteño, Juan Carlos López, e incluso sobre el ex jefe de gobierno Aníbal Ibarra, con quien dijo que "nunca" mantuvo un diálogo.
En su exposición multimediática (dibujó gráficos en una hoja de papel sobre un atril, exhibió papeles y también partes de la causa en una pantalla gigante), Fernández mostró una nota que le había enviado a mediados de 2004 a Fiszbin en la que le advertía que tal y como estaba funcionando la UPI había una "limitación al control y las verificaciones" en los locales nocturnos.
El cuadro se agravó -explicó- porque también debió asumir las inspecciones de los espectáculos deportivos y los shows musicales en estadios deportivos, lo que "afectó a las inspecciones a los locales bailables". Sin embargo, Fernández aclaró que su área trabajó sobre la denuncia del defensor del pueblo adjunto Atilio Alimena sobre irregularidades en locales nocturnos. "Fiszbin estaba al tanto de todo lo actuado en relación con la denuncia de Alimena", concluyó.
El tribunal pasó a cuarto intermedio hasta la tarde, cuando continuará con la lectura de los testimonios de los otros 14 imputados que rechazaron por ahora someterse a la indagatoria que les ofrecieron los integrantes del tribunal oral número 24, María Cecilia Maiza, Raúl Llanos y María Cecilia Maiza.
Fuente: DyN.