En la Argentina, cuidar autos en la vía pública es más rentable que ser un abnegado maestro de escuela. Con un ingreso que puede alcanzar los mil seiscientos pesos por mes, los cuidacoches superan los ingresos que perciben muchos docentes de nuestro país, aunque con la obvia desventaja de no contar con la cobertura de una obra social ni jubilación alguna.
El trabajo de los cuidacoches, que en Buenos Aires cobran cinco pesos o más por la "estadía" de un vehículo, es uno de los empleos informales que más dividendos arroja para aquellos que lo explotan, informó hoy el diario El Cronista.
Al ritmo actual, un cuidador puede llegar a embolsar hasta 1.600 pesos por mes con cuatro días semanales de trabajo. Esto los pone por encima de lo que ganan los maestros, obreros de construcción y empleados de comercio minoristas, que pocas veces superan los 1.400 pesos.
Uno de los principales motivos del alza en esta actividad es el encarecimiento de los estacionamientos privados, que incrementaron sus tarifas en hasta un 100 por ciento durante el último año.
Por eso, a la hora de elegir muchos conductores optan por dejar encargado su vehículo a un cuidacoches, que ven como su negocio prolifera y algunos hasta han aumentado a unos siete pesos el precio de su servicio.
El mercado de los denominados trapitos es especialmente fructífero por la noche y en aquellos barrios que concentran buena parte de la actividad nocturna porteña, como Las Cañitas, Palermo, Puerto Madero y Nuñez.