SOCIEDAD

Dieciocho años de prisión a un policía violador

Irónicamente, el ex agente de la bonaerense Juan Carlos Ruiz trabajaba en la Comisaría de la Mujer de la ciudad de Martínez.

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El ex policía bonaerense Juan Carlos Ruiz, que trabajaba en la Comisaría de la Mujer de la ciudad de Martínez, fue condenado ayer a la pena de 18 años de cárcel, acusado de violar el año pasado a dos hermanas de 17 y 19 años y una adolescente de 15.
La pena fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal 26 de esta capital, en un juicio que comenzó y culminó hoy, ya que el acusado se confesó culpable y desistió de presentar pruebas en su defensa.

El fiscal del juicio, Marcelo Saint Jean, solicitó en su alegato 18 años de prisión, la misma cantidad que le impuso el tribunal, mientras que la defensa solicitó 8. Ruiz, de 37 años, fue acusado del secuestro de una joven de 15 años, el 21 de mayo del año pasado, a la cual trasladó a los bosques de Ezeiza y sometió durante una hora y media, hasta que luego la liberó en la General Paz.
También fue acusado de haber secuestrado a dos hermanas, de 17 y 19 años, el 2 de junio del año pasado, en la colectora de la autopista del Oeste, en la localidad de Haedo, y de haberlas violado y luego abandonado también en la General Paz.

En ambos casos las modalidad era la misma: sorprendía a sus víctimas en el barrio porteño de Mataderos, donde vivían; las llevaba al conurbano y luego de abusar de ellas las abandonaba en la General Paz, en el límite entre la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.

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Según el testimonio de las víctimas, el hombre no les confió su condición de policía, pero a ellas les llamó la atención que cuando pasaba las cabinas de peaje en la autopista presentaba la chapa identificatoria como agente de seguridad. Incluso, se supo que el hombre utilizaba para cometer los hechos un automóvil perteneciente a una amante suya.

Las tres víctimas se conocieron de casualidad porque dio la coincidencia que concurrieron al hospital porteño Santojanni de Mataderos, para buscar los resultados de los exámenes médicos que se fueron a hacer. Las jóvenes comenzaron a conversar, y como coincidían los casos se elaboró un identikit del presunto violador, que un mes después fue detenido cuando llegaba a trabajar a la Comisaría de la Mujer y la Familia de la Policía Bonaerense, situada en Juncal 46 de Martínez, partido de San Isidro, de la que fue desafectado luego de las denuncias.

Según pudo saber DyN, al ejercer su derecho a dar sus últimas palabras en el juicio el acusado se declaró culpable, lloró y dijo que no pedía perdón porque sabía que no lo iban a perdonar, aunque desde la familia de las chicas abusadas consideraron la actitud una "puesta en escena" para aparecer como una víctima.

Ninguna de las víctimas estuvo presente en el juicio que se desarrolló a puertas cerradas. "Le dieron 18 años por lo menos, son 18 años que no va a estar en la calle. Llamé a mi hija, la comenté lo que le habían dado y dijo que estaba bien", dijo la madre de una de las víctimas a Crónica TV.

De todos modos, la mujer sostuvo: "Que se muera, le hubiera dicho que tendría que haber nacido y haber muerto, es de lo peor".
Las víctimas recibieron el respaldo de la Unidad de Intervención en Victimología y la organización "Madres del Dolor", cuya titular, Viviam Perrone, estuvo en la puerta del tribunal donde se conoció la sentencia.

"¿Qué estudio psicológico se les hace a estos policías? porque esta persona estaba adentro de las oficinas donde se recibían denuncias de chicas violadas", se quejó Perrone. Además, instó a la necesidad de sancionar una ley que permita elaborar un registro de ADN de violadores, ya que si no fuera por la casualidad el policía no hubiera sido condenado por tres casos y la pena, tal vez, hubiera sido menor. Al mismo tiempo consideró que podrían haber más víctimas por este hecho que pudieron no haber hecho la denuncia.