Mucho se habla por estas horas de la "disforia de género" luego de que se difundiera que Alejandro Iglesias, participante de la nueva edición de Gran Hermano, padece ese presunto trastorno: nació con genitales femeninos, pero se siente hombre casi desde que tiene uso de razón. A él le cuesta revelar su secreto a sus compañeros de "la casa", pero aseguró que en algún momento lo hará, y hasta contó en la audición que quiere ganar el juego por el dinero, para hacerse finalmente la operación de cambio de sexo.
Anoche, el conductor del debate, Mariano Peluffo, mostró diversas escenas del joven, que nació bajo el nombre de Silvia, donde quedó explícita su dificultad para hacer conocer su verdadera identidad. Luego, reveló que se trata de un trastorno que padecen una de cada 100.000 mujeres y uno de cada 50.000 hombres.
Perfil.com consultó a diversos especialistas para saber con exactitud de qué se trata la "disforia de género" y si consideran que mostrarlo en televisión, a través de la vivencia directa de una persona que la padece, puede servir como disparador para comenzar a reconocerlos en la sociedad.
"Se trata de personas en las que su sexo biológico no está condicionado con su identidad sexual. No es un homosexual, porque este sigue siendo hombre o mujer, se siente así, pero elige como compañero sexual a alguien de su mismo sexo", explica Graciela Faiman, psicoanalista y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Y agrega que estas personas se sienten y se comportan auténticamente como si fueran del sexo opuesto. Además, sienten casi como una necesidad cambiarse de sexo mediante una cirugía o de identidad. Son, ni más ni menos, que lo mismo que los transexuales.
Para la especialista, la publicidad del caso de Alejandro por televisión no ayuda a insertar "para bien" el tema en la sociedad. "Eso es todo un circo, no es bueno tratar así temas que son muy privados. Lo mismo pasó con la ley de matrimonio igualitario, que fue fantástico que se sancionara, pero se hizo demasiado circo con ellos", opinó Faiman.
En cambio, el doctor Adrián Sapetti, director del Centro Médico de Sexología y Psiquiatría, destacó que toda publicidad de estos temas pueden ser beneficiosa para que las personas que lo padecen "y se sienten solo con la problemática", puedan consultar a los especialistas y animarse incluso a cambiar su identidad. En su página, Sexo Vida, el especialista explica que "la transexualidad es una disforia de género, es decir, un desacuerdo profundo entre el sexo biológico y el sexo psicológico o, dicho de otra forma, entre el sexo con el que se nace y aquel otro que la persona siente como propio".
Luego señala que no es lo mismo que la homosexualidad o el travestismo. "Todavía hoy muchos profesionales piensan que un transexual es un homosexual o un travestido. Y confunden la transexualidad con la orientación sexual. Los transexuales tienen la convicción de pertenecer al sexo opuesto al que nacieron, con una insatisfacción mantenida por sus propios caracteres sexuales primarios y secundarios, con un profundo sentido de rechazo y un deseo manifiesto de cambiarlos médica y quirúrgicamente. Desde la infancia su identidad mental es distinta a su fenotipo genital. Son mujeres que se sienten 'atrapadas' en cuerpos de varón, y varones que se sienten 'atrapados' en cuerpos de mujer".
Destaca, además, que no padecen "trastornos psiquiátricos graves que distorsionen la percepción de la realidad", y agrega que "necesitan ser aceptados social y legalmente en el género elegido".