“ Me gustan las mujeres, a veces son excitantes, pero para una relación elijo al hombre”. La frase pertenece a Mercedes, una estudiante de cine de 31 años que dice ser heterosexual, pero que también tuvo experiencias sexuales con mujeres.
La historia de Marcelo, un arquitecto de 37 años, es muy parecida. Para vincularse sentimentalmente elige a las mujeres, pero dice que de vez en cuando también le gustan los hombres. “Toda la vida tuve novias, incluso ahora lo estoy, pero tengo una historia paralela con un hombre casado y con hijos”, cuenta en diálogo con Perfil.com.
Y es así, la historia de quienes aseguran ser heterosexuales, pero que de vez en cuando “les pinta” las relaciones con personas de su mismo sexo, una tendencia que, al menos, se escucha cada vez más. ¿Una moda?
“No es una moda, sino que en la actualidad la homosexualidad o las relaciones entre personas del mismo sexo es más tolerada que antes”, opina en diálogo con Perfil.com la psicoanalista Graciela Faiman, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Y explica que todos somos bisexuales por naturaleza, pero que luego viene la elección, muy marcada por los mandatos de la cultura.
La sexóloga y psicóloga Diana Resnicoff coincide con que en la actualidad hay más relaciones con distintos sexos porque está más aceptado culturalmente y hasta difundido por los medios de comunicación.
“Por un lado, se produjo en los últimos años una ruptura del modelo tradicional de pareja. Los jóvenes no tienen un modelo a seguir y están a al búsqueda de uno, y en esta búsqueda también aparece el probar relaciones con personas de su mismo sexo, con el sexo opuesto, o con ambos sexos al mismo tiempo. Pero también los medios se encargan de mostrar estos modelos de pareja y los jóvenes imitan eso”, señala la especialista a Perfil.com.
Más permitido o menos. Una tendencia o una moda. Las historias de sexo nunca dejan de dar que hablar. Como la de Julieta, una docente de 30 años que dice sin pelos en la lengua que le gustan los hombres, pero que la pasa bien con las mujeres también. “Siempre me gustaron los hombres, hasta que por curiosidad estuve con una amiga, casi como un juego, y me gustó”, relata. Desde entonces no ha dejado de tener relaciones casuales con mujeres, “cada vez que se da”, aunque confiesa que prefiere a los hombres para “compartir, convivir y darle cariño”.
O las aventuras de Julián, de 45 años, y su ex esposa, que era una lesbiana declarada hasta que se enamoró de él. Y entonces, ni lerdo ni perezoso, la historia de su mujer le hizo “dar ganas de saber qué se siente al estar con un hombre”, según cuenta. A los 35 años, se animó, probó y le gustó. Claro que provocaron su divorcio. “Hoy estoy solo, y cuando pinta un hombre estoy y la paso bien, lo mismo cuando aparece una mujer. Son relaciones distintas, pero sólo conozco la pareja con una mujer, por eso quizás todavía sueño con volver a juntarme otra vez con una mujer”, destaca.
* Redactoras de Perfil.com