En coquetos grupos los más jóvenes, en pareja o bien solos los más grandes, este año -si bien no fueron multitud- un número importante de gays al menos se dejó ver como nunca antes en las playas y otros puntos turísticos de Argentina y Uruguay. Ya no van a lugares exclusivos o apartados sino que se mezclan con familias y público en general.
Así lo refleja el nuevo número de la revista Noticias, en un completo informe que detalla las modalidades de viaje, alojamiento y disfrute diario de parejas que forman parte ya de la escenografía habitual de ciudades como Punta del Este, donde coparon Bikini y Montoya en vez de enfilar para otros balnearios más "amigables" como el nudista Chihuahua.
Este año, los gays estuvieron sencillamente en todos lados: en el Tigre (con epicentro en la isla Tres Bocas, donde hay una posada exclusiva para ellos), en la Patagonia, en el norte o bien disfrutando del mar y de la arena, sin prestar demasiada atención a si el veraneante de al lado era "paqui" (heterosexual) o no.
En Mar del Plata, según el RRPP Gustavo Martínez "la oferta no sólo se amplió, sino que se diversificó", por cuanto "tenés una disco como L'Amour, que es más careta y para los mayores de 35, otra como We Love, que es ultra moderna, y una tercera alternativa como Pin Up, que es totalmente hetero-friendly".
Martínez sigue contando: "Esta fue la primera temporada en la que los gays estuvieron en todas las playas, ya no sólo en La Escondida o en Playa Chica. Ya no se autosegregan, ni son segregados. Hoy, si vamos al caso, hasta se hace bastante difícil distinguir a un chico gay de un flogger".
(La nota completa, en la edición impresa de Noticias)