Otro empleado que sobrevivió al impacto del rayo es Walter Muñoz. Se desempeña en Afrika como carpero hace cuatro años y fue uno de los primeros heridos en recibir el alta. “Sentí la explosión que me tiró al piso y no pude moverme más. No sentía las piernas. Cuando miré a mi alrededor vi gente correr y gritando. Pensé que estaban pidiendo ayuda para que me asistan pero luego noté que había personas quemadas que no se movían”, detalla espantado.
Muñoz tiene 19 años y con ayuda de un familiar camina lento por el balneario. Observa el movimiento de las cámaras y los turistas curiosos y aún no puede creer lo que vivió.
A Walter sus compañeros lo llevaron en un auto al hospital. “Allí se vivía un caos, había mucha gente gritando, corriendo. Algo difícil de olvidar”, afirmó.
El joven fue asistido y permaneció en observación hasta ayer por la mañana. Luego se acercó al parador para agradecer a los que lo ayudaron, pese a que los médicos le indicaron reposo. Todavía tiene un dolor en su tobillo izquierdo