Con Viggo Mortensen venía todo bien. El actor neoyorquino fue hasta esta semana el mayor embajador de San Lorenzo. Porque, a pesar de que es una estrella del cine, va por el mundo con un pin del Cuervo en el pecho, habla permanentemente de su pasión sanlorencista y, cada vez que viene al país, toma la visita al Nuevo Gasómetro como una cita obligada. Pero el miércoles desde Roma desbancaron al Aragorn de El señor de los anillos. Es que la designación de Jorge Bergoglio como papa le dio a San Lorenzo otra dimensión. Llevó el nombre del club a los titulares de todos los diarios del mundo. Tuvo más dimensión mediática que si le hubiera ganado la final del Mundial de Clubes al Barcelona de Messi. Y todo por el papa cuervo.
La llegada de Bergoglio al máximo escalón de la Iglesia Católica generó, además, un revuelo puertas adentro. Fue todo tan sorpresivo y vertiginoso que desbordó la capacidad del club. El mismo miércoles, horas después del anuncio, la página web oficial colapsó. El perfil de Facebook superó ese día las 700 mil visitas, más del doble de las que tuvo hace dos domingos, cuando le ganó 2-0 a River. Y la oficina de prensa desbordó de pedidos: acreditaciones de periodistas extranjeros para poder cubrir el partido de hoy contra Colón, casi cien fotógrafos de todas partes del mundo ansiosos por retratar la capilla del club, donde Bergoglio ofició una misa, y pedidos de camisetas de lugares tan remotos como China.
La decisión del Vaticano arrastró una inesperada campaña de marketing. La foto de Bergoglio con el banderín de San Lorenzo ilustró páginas de diarios del mundo. La primera reacción del club fue dedicarle una carta pública firmada por el presidente Matías Lammens en la que, además de saludarlo y felicitarlo, le dice: “Sepa que para nosotros no es un Papa más, o el primer ‘Papa argentino’, latinoamericano o Jesuita; es el ‘Papa de San Lorenzo’ o, en lenguaje bien futbolero, el primer ‘Papa Cuervo’”.
Ante semejante novedad caída del cielo, la comisión directiva del club tomó nota para aprovechar el revuelo mediático y posicionar a San Lorenzo en el mundo. La primera medida, tomada todavía en medio del shock que provocó la novedad, fue que esta noche contra Colón los jugadores salgan al campo de juego con alguna imagen alusiva al Papa. Hasta anoche esperaban que el arzobispado autorizara la inscripción de la camiseta que dirá: “Papa Francisco: rezamos por ti, reza por nosotros”. Es más: hasta los hinchas reaccionaron con rapidez e inventaron un cantito que con melodía de la canción Para no olvidar, de Andrés Calamaro, se burla del clásico rival, Huracán (ver recuadro).
El encuentro de hoy en Santa Fe no será uno más. Los medios del mundo van a hacer foco en el destino de San Lorenzo. Es que juega el equipo del Sumo Pontífice. Se podría definir como el primer partido del San Lorenzo papal. Es que de un día para el otro, como si se tratara de un designio divino, el Ciclón pasó a ser, nada más ni nada menos, que el equipo del Santo Padre.