A pesar de la lluvia torrencial de la mañana, al mediodía en el Teatro Nacional Cervantes (TNC) no entraba ni un alfiler: además de la María Guerrero, donde 700 personas ansiosas esperaban escuchar al filósofo Darío Sztajnszrajber y una banda de músicos, otros siete espacios –incluyendo camarines y salas a las que el público normalmente no accede– estaban llenos de entusiastas que habían llegado muy temprano a vivir un día inmersos en la vida y la obra de Karl Marx.
Representado como un ícono pop en la gráfica que el teatro armó para dar inicio oficial a su temporada 2019, el pensador alemán –del que se cumplen dos siglos de su nacimiento– se convirtió en actor y en objeto, a través de lecturas comentadas de sus escritos, performances de sus textos de ficción, diálogos “marxianos” –según lo bautizaron sus curadores, Fernando de Leonardis y Carla Imbrogno– y una combinación de filosofía y música.
El proyecto estuvo a cargo de la dirección artística del Cervantes y el Goethe Institut. A cuatro horas de arrancar la jornada –que duró entre las 10.30 y las 23–, el director del TNC, Alejandro Tantanian, estaba agotado pero feliz: “Estamos deslumbrados con la enorme cantidad de gente que vino, a pesar de que el clima no acompañaba. Y nos pone felices poder construir este espacio de reflexión en la Ciudad, justo en este teatro que tiene tanta historia”, dijo.
Además del stand que la librería Eterna Cadencia montó en el hall principal, la jornada siguió con un recorrido biográfico al que denominaron “acusmático”; un show de “tangos proletarios” y proyecciones. Los anfitriones de las actividades fueron, como la programación del Cervantes, eclécticos y variados: desde el coreógrafo y puestista Emilio García Wehbi y la actriz Maricel Alvarez hasta los intelectuales Beatriz Sarlo, Maristella Svampa y Juan José Sebreli.