Este verano, los grandes ganadores fueron los pequeños destinos.
Con precios más accesibles, sumado al auge de las vacaciones cortas –tendencia impulsada por la gran cantidad de feriados puente que hubo durante el año–, lugares como el Delta de Tigre, Baradero, Bragado, Tandil y San Pedro, en la provincia de Buenos Aires; Colón y Paraná en Entre Ríos; lograron una ocupación del ciento por ciento durante los fines de semana de enero, y de casi noventa por ciento entre semana.
Se trata del fenómeno del “microturismo”, que este verano se vivió con mucha más fuerza, con una temporada floja en la costa atlántica, y que tuvo un promedio de estadía de cuatro días.
“En Colón, todos los días son sábado”, dicen las autoridades municipales, con la satisfacción de haber logrado un promedio de 98% de ocupación durante enero. La llegada de los carnavales, además, asegura que el éxito continúe. “En el año dependemos más de los feriados, por eso aprovechamos bien el verano. Un fin de semana pueden venir más de tres mil personas cada día”, agregan las mismas autoridades.