SOCIEDAD
MODUS OPERANDI

El regreso de las bandas de secuestradores: teléfonos analógicos, ropa policial y notas a máquina

La organización era presuntamente liderada por un empresario de 62 años con domicilio en la localidad de Béccar, partido de San Isidro. La vinculan con tres secuestros registrados entre julio de 2021 y octubre de 2023. Dos de las víctimas fueron raptadas por falsos policías en la ciudad de Rosario y la restante en el partido de San Nicolás.

2023 12 29 Banda Secuestros Rosario San Nicolas
La superbanda era liderada por un empresario de 62 años. | Cedoc Perfil

Claudio Daniel Coto (62) sería el cerebro de una superbanda criminal que reactivó una modalidad delictiva que parecía extinguida: la de los secuestros extorsivos. Entre julio de 2021 y octubre de 2023 habría intervenido en tres casos junto con otros cuatro hombres y una mujer, aunque los investigadores no descartan su participación en otros hechos más.     

Según fuentes del caso, la banda presuntamente comandada por Coto -también conocido como “Dany”- realizaba una sorprendente inteligencia previa con seguimientos y filmaciones para obtener información sensible que después utilizarían para intimidar a sus víctimas.

En los tres casos investigados por los fiscales federales Matías Di Lello y Javier Arzubi Calvo el grupo dejó una nota escrita a máquina, un sello propio de la organización. Los familiares del secuestrado encontraron la nota en el interior de un bolso o mochila que también contenía varios teléfonos celulares numerados a los que los secuestradores llamaron durante las distintas etapas del rapto.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite
2023 12 29 Banda Secuestros Rosario San Nicolas
Claudio Daniel Coto, alias "Dany". 

En los mensajes había datos de familiares directos, direcciones y edades. También detalles con las instrucciones para realizar el pago del rescate como el siguiente: “En esta mochila hay teléfonos numerados donde nos comunicaremos. Te daremos instrucciones muy claras para que realices el pago. Para ello tienes que ir solo y con un solo celular. Manejate tranquilo que esto no es contra vos”. También aseguraban que tenían contactos en la Policía y la Justicia: “Ante la más mínima denuncia lo pasamos a valor y vamos por tu familia”, advertían para evitar la intervención de una fuerza de seguridad en las negociaciones. 

Coto fue detenido durante una serie de allanamientos realizados por el Departamento Antisecuestros Norte de la Policía Federal Argentina (PFA) en San Nicolás, la Ciudad de Buenos Aires y distintos puntos del conurbano bonaerense.  

Para los pesquisas, este supuesto empresario de 62 años sería el jefe e ideólogo de los secuestros. Además de él fueron arrestados otros cinco supuestos integrantes de la organización, cada uno con un rol determinado. Néstor Adrián Santabaya, con antecedentes por piratería del asfalto, sería uno de los jefes de los operativos; y su hermano Nicolás Adrián, el encargado de la logística de los golpes junto a su pareja, Silvia Beatriz López. Emiliano Acuña, por su parte, figura como “cañero”, es decir, el brazo armado de la organización, y Sebastián Pugliese aparece como “cuidador” y también a cargo de cobrar el dinero de los rescates.

Casa del horror en Villa Devoto: rescatan una mujer que estuvo cautiva durante tres semanas

El primer paso del plan delictivo consistía en no llamar la atención. Para ello se disfrazaban de policías y simulaban un operativo para llevarse secuestrada a la víctima. En una ciudad como Rosario, donde los narcos dominan parte del territorio, a nadie le llamaría la atención un procedimiento encubierto en la calle. 

A una de las víctimas, por ejemplo, la raptaron cuando caminaba por la costanera rosarina y a otra cuando se dirigía al gimnasio en la localidad de Villa Ramallo. En ambos casos los captores llevaban camperas identificatorias de la Policía Federal Argentina (PFA).

Según fuentes del caso, la extorsión comenzaba apenas entregaban la mochila o el bolso con los aparatos telefónicos y las instrucciones. “Eran teléfonos viejos, del tipo analógicos, sin sus pantallas, sin pin de carga y con sus tarjetas SIM pegadas, para que la Policía no pueda identificar sus números y sus procedencias, y no puedan realizar una escucha en vivo”, explicaron los investigadores. 

La segunda etapa del secuestro se iniciaba cuando llegaban a un acuerdo por el monto del rescate. En uno de los casos entregaron 500 mil dólares y en otro US$ 100 mil. Cuando finalmente el pagador lograba reunir el dinero recibía un llamado con las nuevas directivas. Lo que seguía era el tramo más angustiante para las víctimas: la entrega del dinero en una estación de servicio de Avellaneda (cerca de 300 kilómetros del lugar del secuestro) y el aviso para rescatar al secuestrado.

De acuerdo con los voceros, Coto era el encargado de negociar el rescate con los familiares y hasta guiarlos para efectuar el pago. Las escuchas telefónicas (ver aparte) que fueron incorporadas en la causa lo muestran como una persona serena, que nunca pierde la calma e intenta llevar tranquilidad a sus víctimas. “Nadie va tirar un tiro en vano y nadie va a hacer nada que no corresponda, siempre y cuando respetemos las pautas”, le advirtió a uno de sus interlocutores durante el tramo final del pago de rescate.  

LN