Mientras Venezuela sufre una fuerte crisis política, en la Embajada de Venezuela en Argentina se llevó a cabo una protesta de dos grupos disidentes, uno de ellos en apoyo a la oposición liderada por Juan Guaidó y Leopoldo López, y otro a favor de Nicolás Maduro. En la protesta de las dos facciones, se vivieron momentos de tensión y hubo incidentes cuando actuó la Policía, dejando al menos dos heridos y otros dos detenidos.
Si bien durante todo el día hubo momentos de tensión, inició la situación de mayor descontrol que inició cuando un joven venezolano que trabaja como delivery tuvo un entredicho con, al menos, uno de los manifestantes que apoyaban a Maduro, y la situación se tornó violenta. En ese momento, algunas de las personas que estaban protestando se acercaron a la pelea y la Policía actuó para dispersar el conflicto con balas de goma y gases lacrimógenos.
Balas de goma y gases lacrimógenos frente a la Embajada de Venezuela
Luego del incidente, se conoció la historia del joven venezolano que estudia y trabaja como delivery en Rappi y Glovo. Cuando lo atacaron, además de los golpes que recibió, le robaron el celular y quedó conmocionado.
"Estábamos frente a la Embajada, alejados varios metros, cuando un grupo de argentinos que apoyaba a Maduro se nos lanzaron encima porque sabían que nosotros, los Rappi y Glovo, somos venezolanos, nos empezaron a golpear, nos tiraban las bicicletas, nos jalaban los koalas (riñoneras), a mí me arrancaron (robaron) el teléfono. Yo trabajo y estudio, y todo mi trabajo está en mi teléfono. Entonces lo necesitaba. Pero salió el señor Fernando y me ofreció uno, lo cual agradezco mucho", dijo el joven en un video que circuló por redes sociales..
Asimismo, ya más relajado, contó su historia y cómo se gana la vida; "Yo me levanto a las 6 para ir a la Universidad a la que entro a las 7. Salgo al mediodía o a las 11, depende de las clases. Después salgo a hacer Rappi o Glovo depende con cual tenga horas. Trabajo hasta las 4 o 5 de la tarde. Llego a mi casa, duermo un rato y vuelvo a salir a las 6 o 7 hasta las 11.30 o 12".
En diálogo con TN, Eduardo aseguró que "se les tiraron encima sin que nosotros dijeramos nada, solo observabamos". Además, al joven le rompieron la bicicleta con la que trabaja. "Como yo no tenía para redactar un documento en una computadora o buscar en Internet, me había comprado un buen teléfono y me lo robaron. Estoy estudiando ingeniería industrial".
E.D. / D.S.