En los primeros días de Julio, el Gobierno porteño lanzará los primeros controles anti droga en varias zonas de la Ciudad, cercanas a boliches y lugares de entretenimiento para detectar si los automovilistas consumieron estupefacientes antes de subirse al vehículo.
Se trata de una media polémica porque los reactivos que usarán los agentes de tránsito detectarán diez tipos de sustancias que alteran los reflejos, entre las que se encuentran los derivados de las benzodiazepinas, como el Rivotril o el Alplax, que causan una reducción en la performance motora y, en algunos casos, somnolencia.
“Aquellos que consuman estas sustancias no podrán conducir”, ordenan desde el Ministerio de Seguridad. El Código de Tránsito porteño castigará a los que conduzcan bajo los efectos de estas sustancias con la misma pena que en casos de control de alcoholemia positivo: se secuestra el vehículo, se descuentan diez puntos del registro gracias al sistema de scoring y se establece una multa de entre $ 200 y $ 2 mil o bien, de uno a diez días de arresto.
“En una primera etapa, nuestro objetivo es que los controles de drogas representen el 10% del total de controles de alcoholemia”, confirma Matías Molinero, subsecretario de Seguridad porteño.
¿Cuáles son los efectos de las drogas más comunes al volante? La marihuana, por ejemplo, altera la concentración, distorsiona las distancias entre objetos y baja la reacción. La cocaína, al golpear el sistema nervioso central, lleva a perder algunos límites y, por ejemplo, incentiva a maniobras muy peligrosas. El éxtasis, en general, conjuga los efectos de ambas.
