Vaya malaria. Aquí nos falta una nueva generación que se eche al hombro el país. Pero, o no la dejan, o no quiere. Y guarda con los salvadores que surgen como hongos. Los últimos en ofrecerse son Duhalde y Terragno (doble glup). Ellos (sic) y juntos (doble sic) prometen "poner" al país en el mundo entre el 2010 y el 2016.
Chocolate por la utopía. Pero ¿por qué no encaran primero "poner" al Chaco, al conurbano y demás, en el país? Y otro pero: ¿Cómo harán para ecualizar cerebros tan dispares como los suyos? Y fallidos. ¿O acaso ambos, desde el partido Agua y el partido Aceite, no compartieron desmadres que terminaron por "sacar" al país del mundo?
La patética pista de circo (donde transcurre la política local) ofrece a cada rato "números" tan desopilantes como éste. No es el único. El último pifie lo brindó la veinteañera "Noticias". Armó su fiesta incluyendo entre sus invitados un rejunte de dudosos ex presis, vices y funcionarios que aún no rindieron el total de sus exámenes en Comodoro Py.
Friso "patrio" en el que sobresalían el humanista Ruckauf, el marmóleo De la Rúa, el papábile Duhalde y que tuvo como teleguinda desde Madrid a la isabelísima cómplice de López Rega. Fallaron al envite (mega bochorno de haber venido) Menem (enfermo) y Chacho (borrado)
¿Es posible un acto así? Entre nosotros, sí. Somos de criar, inflar y mantener vigentes a los monstruos que nos devoran. Nos place el castigo doble. Ni Duhalde-Terragno tienen nada que ver con el futuro (al arruinar el pasado nos jodieron este presente) Ni muchos de los "bustos" de carne y hueso que ocuparon tiesos (y creídos) el sitial que les brindó Fontevechia, superarían el suero de la verdad constitucional.
Dislates como éstos retrasan la parición de espacios democráticos genuinos sobre los que reinstalar (y pronto) la república perdida. Pasa el tiempo y la viejarda transición huele a camembert. Cada tanto algún oportunista sugiere plagiar el Pacto de la Moncloa. Verso puro. Lo vemos cada día: aquí nadie cede nada. Parten de la lógica de Huidobro: los cuatro puntos cardinales son tres: norte y sur.
En tanto, el Gran Coro Ciudadano dormita y no hay música que lo espabile. La salida de la dictadura derivó en soporífera democracia verbal. Semanas más y el Bicentenario nos pondrá frente al espejo de cumplir 200 años. Al cuete. Habrá que bancar tanta verguenza. Todos. Aunque suene a ex abrupto, contra Cisneros se vivía mejor. Comían todos. Un viajero inglés relata "Es el único lugar del mundo en el que los mendigos piden limosna a caballo" (sic). Y además, se soñaba con Mayo.
¿Conoce alguien nuestro sueño de hoy? Por nuestras faltas varias (de pasión social, de idoneidad) la política hace agua. Sus casas públicas (comité, unidad básica, quincho, café, oficina) hospedan lo fósil. Contaminantes pícaros parodian la vida democrática, prometen lo contrario de lo que harán y mantienen el cambio en vía muerta. Quienes malversaron la cosa pública fueron los que "sacaron" al país del mundo. Y al país del país. Quienes lo "repongan" deberán ser ciudadanos ajenos a las cebadas ruinas parlantes que nos depredan el país.
(*) Especial para Perfil.com