El amor en tiempos de apps. Una cruz y un corazón son los dos elementos que pueden determinar el éxito o el fracaso de un encuentro fugaz, una pareja o hasta una historia de amor. Porque si bien para muchos las apps de citas como Tinder, Happn, Kick Off nacieron para fomentar los encuentros casuales, son muchos los casos de parejas que se forman gracias a la virtualidad y vienen a romper la regla. Porque al azar a veces hay que ayudarlo.
Así, con millones de usuarios en todo el mundo, cada día se dan muchísimos “me gusta” entre dos personas que sin saberlo pueden estar empezando una historia.
Así le pasó a Matías (26), que cuando se fue a vivir a Alemania se bajó Tinder para conocer gente. Allí le apareció Kristin, quien primero le gustó por sus fotos, y una vez que empezaron a hablar vieron que tenían tanto en común que terminaron enamorados. Hoy esperan a su primera hija. “Creo que si no era por ese medio no nos hubiéramos cruzado nunca, Hamburgo es una ciudad de 2,5 millones de habitantes; las chances eran ínfimas”, cuenta.
Como ellos, hoy miles de parejas que festejen el Día de los Enamorados deben su primer encuentro a las apps. Y si bien los sitios de citas no son una novedad, estas aplicaciones lograron una masividad impensada, por su dinámica simple (cuando los dos dan corazón a las respectivas fotos se genera el “match”) y la posibilidad de encontrar gente según proximidad o amigos en común. “Después de conectarnos, hablamos un par de veces, pero nunca coincidíamos para salir. Después de un tiempo me dijo que se borraba de la aplicación y esa misma noche salimos. No nos separamos más. A los ocho meses nos fuimos a vivir juntos, y al año me quedé embarazada de Trini”, cuenta Jimena (32), que también conoció a Maximiliano por Tinder. Y agrega que “al principio sus amigos le decían que no íbamos a llegar a ningún lado porque nos habíamos conocido así, pero la realidad es que nos casamos en abril de este año”.
Sólo en Tinder se dan 26 millones de “matchs” por día –en Argentina son cerca de dos millones al mes–, y el país está entre los diez que más la usan. Los primeros son Estados Unidos y Brasil. Según Andrea Iorio, director de Negocios de Tinder para Latinoamérica, el éxito está en sus funciones: “Tinder ayudó a romper el tabú de los sitios y apps de citas, primero porque se necesitan dos likes para poder conectar con el otro y mandarle un mensaje, y además tu like es anónimo, lo cual quebró un poco ese miedo al rechazo que siempre está presente”, explica.
Distancias. Este tipo de apps también conectan gente que está lejos, como el caso de Victoria (30) y Martín, que al conocerse vivían en países distintos. Un año y medio después, relación a distancia de por medio, se casaron.
“Cuando empezamos a hablar me dijo: ‘¿Querés que te llame?, soy a la antigua’. Así que le pasé mi teléfono y hablamos toda la noche. El vivía en Francia, pero justo estaba acá, así que a la tercera vez que hablamos lo invité a salir, y desde ahí no nos separamos más”, cuentan.
Estre los que más utilizan este tipo de aplicaciones, están los usuarios de 18 a 35, y cada una tiene una particularidad distinta: Tinder, conecta con gente que está cerca; Kick Off, con los que se tiene amigos en común, y Happn, con los que uno se cruza.
Eso le gustó a Daniela (33), que conoció a Matías en Happn, pero con quien al final la unían muchas casualidades. “Es del barrio donde viven mis viejos y teníamos un muy amigo en común, lo cual fue un extra, porque ya no era un completo desconocido. Después de varias vueltas, salimos, y desde entonces estamos juntos”, dice.