Los pasajeros y tripulantes del rompehielos Almirante Irízar relataron la odisea que vivieron al abandonar la embarcación, en medio del incendio, y destacaron la actuación del capitán de fragata, Guillermo Tarapow, que no abandonó la nave en ese momento crítico.
El suboficial Emilio Coronel, electricista que trabajaba en la zona de máquinas donde comenzó el incendio, sostuvo que "fue doloroso ver cómo se nos había ido el barco en tan poco tiempo". Coronel, que cayó al mar en el momento de la evacuación, manifestó que algunos tripulantes intentaron sofocar el siniestro "tirando agua con baldes, como podían, pero la temperatura no se podía controlar".
El jefe de los científicos que cumplen tareas en la Antártida, Antonio Curtosi, afirmó que "por suerte" las llamas no se produjeron cuando navegaban en el "continente blanco", ya que en ese caso las consecuencias podrían haber sido peores.
El profesional realizó un estremecedor relato de la situación por la que tuvieron que pasar a partir del siniestro y dijo que algunos tripulantes permanecieron ocho horas en las balsas salvavidas, padeciendo el frío "a oscuras y el mar encrespado" hasta que lograron ser rescatados.
"Yo tengo mucha experiencia en la Antártida, llevo 26 campañas y es la primera vez que me ocurre hacer un abandono de un barco. Por suerte no era en la Antártida, no sé qué hubiera sucedido", aseguró. Expresó que "aquí pudimos resolver todo en ocho horas, y en esta época del año, que en la Antártida ya no hay buques en la región, el rescate podría haberse demorado dos días y no sé verdaderamente cómo hubiéramos pasado eso".
Finalmente, el director del Instituto Antártico Argentino (IAA), Mariano Memolli, aseguró hoy que el gobierno dispone de "otras alternativas" si el Irízar no puede ser reparado, y anticipó que "se tendría una nueva nave" para operar en la Antártida en caso de que "no se pueda solucionar".
Las declaraciones de los tripulantes en la causa abierta para investigar los motivos del incendio del rompehielos Almirante Irízar indican que "ningún hombre se equivocó en su trabajo, sino que fallaron las condiciones físicas necesarias para poder navegar", informaron hoy fuentes judiciales.
"Nada indica que fue un accidente por error humano, los sensores indicaron una falla mecánica", destacó la fuente y aseguró que los tripulantes "iniciaron enseguida el plan de salvataje una vez que sonó la alarma en el barco", según declararon en la causa que sustancia el Juzgado Federal de Rawson.