Después de casi cinco horas de tensión, un hombre liberó a su ex esposa, que tenía como rehén, y se entregó a la Justicia, en la localidad bonaerense de Capilla del Señor. La mujer, que fue golpeada con un machete, está fuera de peligro y se recupera en el hospital local.
Omar Andrés Deget (44) matuvo como rehén a su ex mujer, Miriam Rosa Toledo (41), en la casa que compartieron durante veinte años, a pesar de que desde hacía unos meses tenía una orden de restricción que le prohibía acercarse. Ella lo había denunciado por violencia de género porque “ya estaba cansada” del maltrato. Cuando llegó la policía, tras un llamado al 911, el hombre puso condiciones para liberarla: la presencia de un fiscal, que le entreguen la tenencia de los dos hijos que tienen en común y que desistan de la restricción perimetral. La negociación duró unas cinco horas y al principio se creyó que los hijos de la ex pareja se encontraban en el lugar, pero luego se confirmó que estaban en la escuela.
“Es un hecho de violencia de género, esta persona, que era su ex concubino, violó una prohibición (de acercarse a la propiedad) y comenzó una pelea. Cuando se presenta personal policial, esta persona toma de rehén a la mujer.” Así lo explicó el fiscal Juan José Maraggi, que estaba presente en el lugar junto al grupo Halcón y el jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin. A las 19.15 de ayer, Deget se entregó y la mujer fue liberada. “Tiene algunos golpes en la cabeza, el codo y la espalda, pero todos son leves. Algunos golpes son de puño y otros provocados aparentemente con un machete”, completó el fiscal ante los medios. Se secuestó un arma y el machete.
Deget se había escondido en el interior de la casa y esperó paciente. Justo ayer era la fecha de vencimiento de la primera restricción perimetral que había dictado la Justicia, pero le habían extendido la prohibición tres meses más.
Cuando Miriam regresó a su casa, su ex marido la sorprendió. “Estaba en la pieza y cuando mi tía entró la agarró. La tiró al piso, la ahorcó y le empezó a pegar. Mi tía pedía ayuda y él le decía que le iba a pagar por todo lo que le hizo”, relató Miriam, la sobrina que fue testigo del ataque.
La relación entre Miriam y Omar comenzó hace veinte años, tienen dos hijos de 14 y 9 años, pero la decisión de separarse la había tomado ella hace apenas tres meses. “Ya no aguanto más”, le había dicho a su hermana Cristina. Lo denunció por violencia de género y le advirtió a su hermana que temía por su vida. “Me dijo que la iba a matar y hasta llegó a decirme que cuidara de sus hijos. Tomó esta decisión porque no aguantaba más”