Los niños deberían crecer en un contexto adecuado, con las necesidades básicas cubiertas y en un entorno de afecto y libertad, según los derechos esenciales de la infancia considerados por las Naciones Unidas.
El proyecto para que las mujeres con hijos menores de 4 años cumplan prisión domiciliaria contempla la aplicación de una pulsera magnética que controlará a las madres para que no se alejen de un área preestablecida. En caso contrario, deberán volver a prisión.
Aunque la cárcel no aparece como el contexto adecuado para que un menor de cuatro años pase sus primeros años de vida, expertos indican que muchas veces la realidad externa es todavía más destructiva.
"Muchas de las mujeres que están alojadas en las cárceles vuelven a condiciones de vivienda todavía más deficientes. En muchos casos viven en un contexto violento, con compañeros que las golpean y maltratan, lo que todavía es menos beneficioso para el chico que estar en una cárcel”, explica a Perfil.com el médico psicoanalista Sergio Rodríguez, creador del sitio www.psyche-navegante.com
El especialista indica que la medida de la prisión domiciliaria podría llevarse a cabo sólo con condicionamientos. "Habría que realizar una auditoría que analice en cada caso si para la criatura es mejor la vuelta al hogar de origen o las condiciones carcelarias”, señala.
La problemática tomó reciente repercusión con la película Leonera, del argentino Pablo Trapero, que participa de la competencia oficial en el Festival de Cannes. El film cuenta la historia de una mujer embarazada que tras un extraño crimen va a un pabellón carcelario donde las mujeres viven con sus hijos.
El ministro de Justicia, Ricardo Blas Casal, impulsó la iniciativa en la provincia de Buenos Aires, pero ya el año pasado, la diputada bonaerense Laura Berardo, del Frente para la Victoria (FPV), había presentado el proyecto de ley para que las madres con hijos que se encuentran en las cárceles puedan tener el beneficio de la prisión domiciliaria.
El bloque del FPV asegura que “más allá de lo que dicte el Poder Ejecutivo, el proyecto sería más sólido con un marco legal para que los jueces tengan una ley que los ampare”.
En diálogo con Perfil.com, Berardo aseguró que el proyecto se fundamenta en la necesidad de que los chicos “no se responsabilicen de los errores de sus madres; un menor no debe pasar la infancia en un contexto de encierro ni perder el vínculo con su madre”.
Ante los reparos que indican que el Estado no está preparado para controlar a los detenidos en su domicilio, la diputada considera: "El Gobierno debe aumentar el presupuesto destinado a los recursos humanos para que existan asistentes sociales que puedan controlar el proceso. Nosotros apostamos a que la prisión preventiva sea el último recurso, y hasta que no tengan condena las madres con sus hijos puedan estar en sus casas”.
En la actualidad, el 90% de las mujeres que están presas con sus hijos no tiene condena, sino prisión preventiva. Las que viven con sus hijos con el 10% de las detenidas en la provincia de Buenos Aires.
Los especialistas coinciden en señalar que la prioridad es generar condiciones económicas sociales óptimas para que los niños tengan una crianza sana.
* Redactora de Perfil.com