Hace 70 años y 7 meses, Isabel II se durmió siendo princesa y despertó siendo reina
Cuando el 31 de enero de 1952 la joven de 25 años abandonó el Reino Unido rumbo a Kenia, no sospechaba que volvería convertida en reina. El 6 de febrero murió su padre y ella fue, probablemente, la última persona del mundo en conocer la noticia.
Isabel II reinó durante más 70 años, un récord en la historia británica |
AFP
Isabel II, quien murió a los 96 años en Escocia, probablemente, la última persona del mundo que se enteró que ya era la nueva reina de Inglaterra hace 70 años. A los 25 años se encontraba en medio de la selva de Kenia, observando la fauna salvaje desde las copas de los árboles, cuando su padre murió y ella se convirtió en reina de la noche a la mañana.
Era el 6 de febrero de 1952. El rey Jorge VI, un hombre de 56 años que había sido operado por cáncer de pulmón y tenía problemas coronarios, falleció mientras dormía en su cama de la residencia real de Sandringham. Su hija mayor no supo de la noticia hasta muchas horas después, cuando pudo ser localizada a miles de kilómetros, en medio de la jungla de los montes Aberdare.
Héroe de la II Guerra Mundial, Jorge VI murió en su cama mientras dormía el 6 de febrero de 1952.
La princesa Isabel, de 25 años, se había casado con el príncipe Felipe cinco años de su coronación.
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"Trepó al árbol siendo princesa… bajó del árbol el día siguiente ya siendo reina"
Isabel había dejado Londres el 31 de enero, la última vez que vio vivo a su padre. Ella y su marido, el príncipe Felipe (30 años), viajaron a Kenia, entonces una colonia británica, y se hospedaron en el Treetops Hotel, cuyas habitaciones en la copa de un enorme árbol permitían observar a los animales en su hábitat natural.
Abierto por primera vez en 1932 como un alojamiento para visitantes ricos e intrépidos, el Treetops Hotelestaba colgado en una enorme higuera con vistas a una balsa de agua y ofrecía a la élite una oportunidad de observar de cerca y con seguridad a los animales salvajes.
Abierto por primera vez en 1932 como un alojamiento para visitantes ricos e intrépidos, el Treetops Hotel estaba colgado en una enorme higuera con vistas a una balsa de agua.
Kenia, entonces una antigua colonia británica, fue la primera escala en la gira por la Commonwealth en la que Isabel II se había embarcado con su marido, el príncipe Felipe, en sustitución de su padre enfermo.
Allí la princesa Isabel y el duque de Edimburgo escribieron una lista con los animales que vieron. Esa hoja de papel todavía está hoy enmarcada en el hotel: grandes manadas de elefantes, babuinos, antílopes, rinocerontes y toros, según se lee en la lista escrita entre el 5 y 6 de febrero.
El comandante Michael Parker, asistente del príncipe Felipe, convenció a Isabel de ver el amanecer sobre la selva y un águila se cernió sobre él y temieron que pudiera atacarlos: "Nunca pensé en ello hasta más tarde, pero ese fue, más o menos, el momento en que el rey murió", escribió.
El mundo se despertó el 6 de febrero de 1952 con la muerte de Jorge VI, que sucumbió durante la noche ante un cáncer de pulmón en la residencia real de Sandringham en Norfolk.
"Por primera vez en la historia del mundo, una joven chica trepó a un árbol un día como princesa y, después de tener lo que ella describió su experiencia más emocionante, bajó del árbol el día siguiente ya siendo reina", habría escrito en el libro de visitas Jim Corbett, naturalista y cazador que acompañaba ese día a Isabel y Felipe.
Un asistente de la pareja, encargado de escribir y agradecer la estancia a los propietarios del hotel, describió una "tremenda experiencia de ver el juego salvaje en su entorno natural" y un día y una noche "repletos de interés".
"Estoy bastante seguro que esta es una de las experiencias más maravillosas que... han tenido nunca", decía la carta que hoy se conserva enmarcada en Treetops.
Isabel a su regreso a Londres, el 8 de febrero. No supo de la noticia de la muerte de su padre hasta muchas horas después, cuando pudo ser localizada a miles de kilómetros de casa en medio de la jungla de los montes Aberdare.
La última persona del mundo que supo que ya era reina
A casi 7.000 kilómetros de distancia, se desarrollaba el drama.
El rey Jorge VI había sido encontrado muerto en su cama la mañana del 6 de febrero y el gobierno de Winston Churchill envió un telegrama a Kenia que se perdió en el camino. Cuando el gobierno ya no pudo ocultar la noticia, todo el mundo se enteró de la muerte del rey a través de la BBC, excepto la nueva reina.
La noticia llegó a Kenia mediante un periodista llamado Granville Roberts, quien trabajó en el East African Standard y que estaba cubriendo la visita real. Sus colegas desde Europa le dijeron que la agencia Reuters había enviado un cable diciendo simplemente: "El rey ha muerto".
La princesa Isabel había dejado Londres el 31 de enero y volvió 9 días después ya convertida en reina.
Roberts pidió llamó por teléfono a Michael Parker, secretario privado de Felipe, para darle la noticia, que fue escuchada más tarde cuando sintonizaron la radio BBC, pero los asesores de la princesa Isabel necesitaron seis horas para confirmar las noticias que habían llegado incompletas por telégrafo desde Londres.
Michael Parker regresó al hotel, donde comunicó la noticia a Lady Pamela Mountbatten (dama de honor de Isabel), quien, por su parte, la transmitió a Felipe: "Fue como si se le hubiera caído la mitad del mundo encima", recordó el secretario. El joven duque fue el encargado de anunciar a su esposa que ya no era princesa, sino reina.
Cumpliendo con el protocolo de rigor, el jefe de la comitiva firmó los documentos de ascenso al trono que llevaba en una caja y preguntó a la princesa qué nombre deseaba a adoptar.
Los funerales del rey Jorge, los últimos celebrados en el Reino Unido, paralizaron al país. Fue sepultado en la Capilla del Castillo de Windsor.
"Mi propio nombre, por supuesto. ¿Acaso puedo usar otro?", respondió ella.
"Correcto. Isabel… Isabel II", anotó Charteris.
La partida del avión real hacia Londres fue demorada por una gran tormenta. "Durante el vuelo a Londres se habló poco", recordó John Dean, miembro de la comitiva. "La reina se levantó un par de veces, y al volver a su asiento daba la impresión de haber estado llorando".
Los habitantes de Kenia se reúnen espontáneamente a lo largo de 40 kilómetros de carreteras y caminos y en los alrededores del aeropuerto para despedir a la nueva reina al grito de "Shauri Mbaya kabisa!": "¡Lo peor ha pasado!"
