Un grupo de muchachos se encontraba reunido en una esquina del cementerio local, charlando sobre sus cosas. Todos vivían cerca y habían adoptado esa esquina como su lugar de reunión. Recordaban la última vez que habían salido a pescar y se hacían bromas por los resultados obtenidos. Uno de ellos decidió filmar la escena con su celular. Pero lo que filmó fue tan escalofriante que no tardaron en salir corriendo.
El hecho ocurrió en Güemes, provincia de Salta, en la vereda del cementerio Cristo Rey. "Era la una de la madrugada y comencé a filmarlos con mi celular mientras ellos hacían bromas. De pronto escuché como si alguien nos estuviera tirando piedras, miré a un costado y observé que los yuyos se movían. En eso, vi salir esa figura con la forma de un duende. Me dio mucho miedo, lo filmé un poco y luego todos salimos corriendo", comentó José.
La imagen de la extraña criatura tardó en salir a la luz, porque los muchachos estaban tan aterrorizados que no se atrevían a verla. Por un par de días, evitaron encontrarse. "Esto no es broma; todavía tenemos miedo de pasar por aquí, igual que los vecinos. Uno de mis amigos se asustó tanto que tuvimos que llevarlo al hospital", contó José a El Tribuno de Salta. Cuando por fin estuvieron preparados para ver la grabación, decidieron mostrársela también a sus familiares y amigos.
La corta filmación comenzó a pasar de celular en celular y, entonces, la difusión a nivel local no tardó en llegar. Un canal de cable decidió transmitir las imágenes y el tema se instaló inmediatamente en las sobremesas. La opinión, claro, se dividió entre los que consideran que la filmación era verdadera y los que aseguran que se trata de una broma.
De lo que nadie duda en Güemes es de la existencia de la extraña criatura. A partir de ese momento todos tuvieron una historia para contar que involucraba al extraño ser, al tiempo que nadie pudo dejar de relacionar al humanoide con el "Pitufo Enrique", la extraña criatura que hizo aparición triunfal a principio del año 2000.
El 17 de abril de ese año, un agente de la policía de la localidad de Frías, en Santiago del Estero regresaba a su casa después de haber cumplido con su jornada laboral. Cuando llegó a la Plazoleta Antonio De La Vega vio a un niño parado en la vereda. Como era tarde, se acercó para reprenderlo por estar solo a esa hora. La intención era llevarlo hasta su casa.
Pero nada de eso ocurrió porque, gegún relató De La Vega, el niño no era un niño: era una extrañísima criatura.El policía aseguró que al ver que se acercaba, los ojos de "Enrique" se tiñeron de rojo sangre y se encendieron como si fueran de fuego. Luego, se desapareció.
El encuentro entre el cabo Miguel Agüero y la criatura habría sido mucho más aterrador. El oficial de la localidad de Banda Varela de la Provincia de Catamarca aseguró que se encontraba en la subcomisaría cuando el extraño personaje se le apareció, de pronto, diciendo que Satanás lo había mandado a buscarlo. Cuando lo encontraron, Agüero se encontraba solo, sentado en una silla, con la cabeza echada hacia atrás y los ojos perdidos en el techo. Por las dudas, se decidió cerrar temporalmente la dependencia.