Además de ser el sostén afectivo y emocional de Felipe Solá (58), María Helena Chaves heredó de su padre la pasión por los caballos. Eximia jinete y jugadora de polo en su tiempo libre, la mujer que conquistó el corazón del ex gobernador bonaerense vivió un fin de semana exitoso a nivel deportivo.
Porque su equipo, Kawasaki, se adjudicó el III Campeonato Internacional de Polo Femenino "La Macarena", en Capilla del Señor. Y Helena fue figura fundamental de su cuarteto, destacándose en el juego y en su capacidad para convertir goles. Mientras ella jugaba, Solá desafió las altas temperaturas y la alentó desde un costado, fumando un puro y protegiéndose del sol con un sombrero. Al final, un tierno beso acompañó las felicitaciones por haber ganado la final y la copa.