La violencia de género es un tema tan complejo y tan hablado que parece raro que aún contenga aristas y datos poco conocidos. Pero eso es lo que ocurre en ciertos aspectos claves como, por ejemplo, saber con precisión cuales son las barreras que les impiden a las afectadas iniciar el camino de salida de los laberintos de estas situaciones de violencia. Para poder entender mejor el tema y aportar datos ciertos al debate, la Fundación Avón realizó una encuesta en toda América Latina. En concreto en la Argentina el trabajo abarcó la realización de una serie de pregutnas online realizadas a 617 mujeres de todas las geografías, que sumó números precisos a este duro problema.
“Esta investigación era algo que queríamos encarar desde hace tiempo, porque es importante cuantificar el devenir de estas situaciones y, sobre todo, conocer en detalle cuales son las barreras que hoy les impiden a muchísimas mujeres salir del laberinto”, le explicó a PERFIL Ana Inés Alvarez, Directora Ejecutiva de Fundación Avón. Y agregó: “Es la primera vez que estas preguntas se hacen en forma sistemática y creemos que los resultados y estadísticas son datos importantes que servirán para orientar la conversación social sobre el tema y también para proponer avances concretos”.
“Podemos decir que hay algo así como una “Ruta Crítica” en el intento de salida de la violencia de género, que son aquellas decisiones que puede tomar la mujer que está atravesando una situación de este tipo mientras intenta salir. Y explicamos que es “crítica” porque ese proceso de pedir ayuda no siempre es rápido y -en general- resulta complejo” dijo Alvarez. Y continuó: además, involucra a muchos efectores que deben hacer su parte e intervenir a lo largo del camino. Pero vemos que entre ellos hay evidentes quiebres de comunicación”. Y quedó claro también que, muchas veces las mujeres afectadas no saben cómo seguir o, siquiera, a quién acudir en busca de ayuda.
Según Alvarez, lo que más llama la atención es la forma de “embudo” que adopta este fenómeno social. “A medida que vamos avanzando en el proceso de reconocimiento del problema, los pedidos de ayuda, las posibles salidas, etc, etc, más mujeres se van quedando sin respuestas y un porcentaje cada vez menor logra dar el siguiente paso”.
Datos
La encuesta mostró que casi el 80% de las encuestadas dijo haber transitado, al menos una vez, situaciones de violencia que pueden haber sido físicas, psicológicas, económicas, sexuales o simbólicas. Pero esa cifra cae abruptamente al 36 % de las consultadas que logran reconocer haber vivido situaciones de violencia por su género.
Entre este grupo, apenas una de cada cuatro, (el 25 %) admitió haber hablado de esa ocurrencia particular con alguien de su entorno, ya sean profesionales de la salud o instituciones especializadas. Y de este conjunto ya tan reducido, apenas el 11% admitió haber pedido ayuda a su interlocutor. Finalmente, de ese núcleo mínimo, apenas el 5% pudo iniciar algún proceso concreto de denuncia ante autoridades policiales, judiciales u otras entidades especializadas. Según Alvarez, además, de ese pequeño grupo de denunciantes casi un tercio afirmó “no haber recibido un tratamiento adecuado a su denuncia”.
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Barreras
Los factores para no compartir esta situación con otras personas son muchos. Y sobresale el miedo: un 40% de las encuestadas dijeron tener miedo a las consecuencias y represalias y un 25% indicó que tuvo temor directo a recibir amenazas.
Para Carla Majdalani, coordinadora el Area de Erradicación de la Violencia Basada en género en la oficina de Argentina de ONU Mujeres Argentina, el factor monetario suele jugar un rol clave: en el informe se destaca que, de quienes lograron separarse, el 64% de las mujeres manifestaron que sus ex parejas no cumplen con la responsabilidad del pago de la cuota alimentaria, afectando el derecho de sus hijos. Tal es así que 4 de cada 10 víctimas de violencia de género dijeron no hablar por temor a no poder subsistir económicamente.
Entre las menciones a otras barreras que se “bajan” figuran las siguientes: una de cada tres, (el 34%) señaló la vergüenza y el 30 % comentó tener la sensación de que nadie va a poder ayudarlas. Además, 7 de cada 10 mujeres afirmaron que tener personas a cargo suma un desafío adicional a la hora de pedir ayuda. Y Majdalani concluyó: “Recabamos muchos testimonios que mencionan que muchos tenían temor a que no les crean. De hecho el 28% de las encuestadas resaltó esa situación”. Y este temor también suma lo suyo al altamente deteriorado camino de la “ruta crítica”.