Azurduy es la primera cerveza “feminista” del país, y ya se consigue en bares de casi todas las provincias. La cocción, hecha por el colectivo de mujeres cerveceras Birreras, tiene fines solidarios, ya que todas sus ganacias son destinadas a organizaciones que trabajan con temas de género.
“Se plantea como una cocción contra la violencia de género”, cuentan desde Birreras, el colectivo detrás de la iniciativa, que nuclea a ochenta mujeres de todo el país, todas vinculadas al mundo craft (del arte). “Somos un grupo variado, hay chicas que son homebrewers –que la preparan en sus casas–, brewmasters (maestras cerveceras), dueñas de cervecerías o fábricas, que trabajan en empresas vinculadas, o que son consumidoras. Es abierto a todas las amantes de la cerveza”, cuenta Pilar González Iturralde (19), periodista de A La Fresca!, sitio web del mundo cervecero. “La idea de hacer una cerveza surgió en las reuniones donde siempre salen temas de género, como respuesta a la realidad que vivimos, donde nos preguntábamos qué podíamos hacer. Entonces pensamos en hacer alguna acción con lo que sabíamos, que es hacer cerveza, donde nos podíamos sentir cómodas”.
Así surgió Azurduy, una Belgian Blond Stron Ale, una cerveza artesanal con sabor amargo, para romper con la idea de que las mujeres solo toman “honey”, la más suave. Que sea una cerveza fuerte tiene que ver con el rol de empoderamiento que estamos cumpliendo mujeres en este momento”, agrega González.
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Una de las presentaciones se hizo en Mar del Plata, ya que unas de las primeras ONG con las que están trabajando es Mujeres en Lucha, de Santa Clara del Mar, donde las mujeres reclaman una oficina de asistencia a las víctimas. También hicieron una movida en las redes sociales, con el hashtag #BirrerasContraLaViolenciaDeGenero, para visibilizar el fin solidario. “Los bares que acceden a comprar un barril de Azurduy renuncian a su ganancia, porque es una birra solidaria, todo lo obtenido se dona para las ONG”.
Antes ya habían participado de acciones políticas; cuando se anunció el achique de ministerios, por ejemplo, se presentaron con con remeras y el lema “La buena birra necesita salud, educación, ciencia y tecnología de calidad” como protesta.
Y si bien el ambiente cervecero siempre se consideró masculino, con el auge de la cerveza artesanal en el país las mujeres también se fueron abriendo paso. “Antes ser brewmaster o cocinar cerveza no era un trabajo, ahora sí. Y la mujer no se queda atrás, surge el trabajo y al igual que el hombre se pone a hacer lo mismo. Se ven mujeres en las fábricas al igual que hombres, en distintos roles capaz, pero se ven”, cuenta González. Una de las chicas de Birreras, por ejemplo, es una microbióloga, que es quien constata que el sabor de la cerveza sea el que se quería lograr, por ejemplo. Otra es dueña de su propia fábrica, Bronx, donde se hizo la cocción de Azurduy, y donde están planeando una nueva cocción.
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"¿Por qué en los anuncios de cerveza solo aparecen hombres? Todas lo pensamos”, se preguntan las chicas de la comunidad Mujeres Cerveceras, otro colectivo que busca visibilizar a las chicas del mundo craft, y que el próximo sábado va a estar preparando una cocción especial en un bar porteño, en acción conjunta con Mujeres Catadoras de Cerveza, de México, en el marco del Día de la Cervecera.
“La comunidad surgió un poco como crítica a la publicidad masiva de cerveza que no tiene en cuenta a la mujer real, la que va a un bar a tomar cerveza, sin estereotipos. Queríamos visibilizar mujeres en ambientes cerveceros: consumidoras, productoras, todas. Y que haya más mujeres en esta cultura que nos apasiona”, dice Karen Borensztein (30), una de las organizadoras.
Organizan charlas, catas y talleres, aprovechando el auge de las cervecerías, y buscando romper con esa idea de que la cerveza de mujeres es la más suave, “que solo nos gustan las cosas dulces”, dice Borensztein. También hacen acciones conjuntas con otras comunidades de mujeres, en medios o en publicidad.
En las redes publican biografías de mujeres cerveceras del país, y comparten información. Además, tienen un capítulo en Chile; y ahora están trabajando para poder implementar un protocolo que permita a los trabajadores de bares actuar ante situaciones de violencia de género.
