SOCIEDAD
La edad de oro de la alta costura

Londres celebra el "New Look" de Christian Dior

Con una exposición, Gran Bretaña recordará los 60 años de uno de los estilos clave de la moda francesa que se expandió al mundo. Se exhibirán fotos, films, trajes y accesorios de grandes diseñadores.

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Londres - El New Look lanzado hace 60 años por Christian Dior, que transformó la moda e inauguró la "edad de oro" de la alta costura, es celebrado en una exposición en Londres que desde antes de su apertura está siendo cortejada por todos los diseñadores londinenses.

El New Look, que irrumpió como una bomba una mañana invernal de febrero de 1947, en un desfile de un diseñador novato, "salvó a Francia", asegura Claire Wilcox, la curadora de la exposición en el Victoria & Albert, que abre sus puertas al público el sábado. "Cuando terminó la ocupación nazi, Francia estaba en estado de shock, y la alta costura estaba paralizada. Todas las casas de costura habían cerrado", explicó Wilcox en una entrevista con la agencia de noticias AFP, poco antes de la gran gala que congregó ayer a la noche en el Victoria & Albert a figuras de la moda como John Galliano y Kate Moss, artistas y celebridades.

La exposición titulada La edad de oro de la alta costura: París y Londres 1947-1957 recuerda, en fotos, filmes, un centenar de trajes y muchos accesorios, ese gran momento de la alta costura, donde brillaron Cristóbal Balenciaga, Jacques Fath, y Pierre Balmain, entre otros.

La gran estrella de la muestra, sin dudas, es Dior . "Dior fue un regalo. El sabía lo que las mujeres querían: querían olvidarse de la guerra, de la escasez, de los uniformes militares, del racionamiento. Todas querían medias de nylon", explica la responsable de la muestra. "Y el New Look de Dior, con sus cinturas de avispa, sus faldas flotantes, su silueta joven, femenina, bella, optimista, les ofreció eso. Fue un gran momento para Francia", dice, recordando ese desfile de hace 60 años tras el cual Claire Snow, la editora de Harper's Bazaar, el árbitro de la moda en esa época, dijo a Dior: "Qué revolución, querido. Su ropa ha lanzado un New Look". Y así fue.

Millares de mujeres que no sabían ni tan siquiera dónde quedaba la Avenue Montaigne, sede de la casa Dior, se confeccionaban en sus máquinas Singer imitaciones de esos vestidos, pese a que llovían críticas y reproches de gente que afirmaban que era moda no era patriótica, en tiempos de escasez. "El movimiento que lanzó Dior trajo de vuelta a los estadounidenses, que regresaron a comprar, y permitió la recuperación de la moda, una industria clave para la economía de Francia", insiste la curadora de la muestra, un 80% de la cual está consagrada a la moda francesa y el 20 % restante a británicos, cuyas creaciones lucen francamente deslucidas al lado de las francesas.

Wilcox subraya que Dior, además de ser un "genial modista, un hombre muy sensitivo, cultivado", fue también un gran hombre de negocios. "Murió de un ataque al corazón, en 1957, pero había ya puesto en pie la casa Dior, que ahora está presente en el mundo entero", con 60 marcas de moda y una cifra de negocios de unos 16.000 millones de euros al años, señaló Wilcox.

"Pero no sólo Dior, sino también el diseñador Jacques Fath contribuyó a la recuperación de la industria. El tenía una casa muy exitosa, pero murió muy joven", lamentó. En la muestra hay un despliegue de muñecas parisienses del "Teatro de la Moda", vestidas con creaciones de alta costura; corsets - esa incómoda prenda necesaria para lucir el New Look - y más de un centenar de vestidos, de Balenciaga, Givenchy, Jacques Fath y Balmain, entre otros, que forman parte de la colección del museo y muchos de los cuales son exhibidos por primera vez.

Uno de ellos - rojo, grandioso, llamado "Zemire", creado por Dior en 1954-, fue descubierto en un húmedo sótano en París, y comprado recientemente por el museo en una subasta.

La muestra - que está siendo visitada con mucho interés por los modistas que exponen esta semana sus colecciones primavera verano 2008 en las pasarelas londinenses - no olvida a las modelos de esa época, fotografiadas por Cecil Beaton y por Richard Avedon, ni tampoco a los grandes empresarios que financiaron las costosas colecciones de los modistas.

En el caso de Dior, fue Marcel Boussac, un acaudalado empresario textil que creyó en Dior, sin reparar en gastos. También están presentes las "pequeñas hadas", las costureras que trabajan largas horas en vestidos cuyo precio equivale casi a toda una vida de sus salarios. La exposición termina con espectaculares creaciones de Galliano, el sucesor de Dior. "Creo que a Dior le habría gustado Galliano", concluye Claire Wilcox, que invirtió tres años en organizar esta exhibición. "Era mi sueño", concluye.